LA PAZ.- El departamento de Potosí, bastión electoral del presidente boliviano, Evo Morales, seguía paralizado el miércoles por séptimo día, con cortes de rutas, manifestaciones y llamados al federalismo, mientras el Gobierno busca un diálogo que impida que la protesta derive en violencias.
La noche del martes la ciudad de Potosí había sido escenario de una manifestación de más de 100.000 personas que, entre sus demandas al gobierno, piden que se defina en favor de Potosí un diferendo limítrofe por la jurisdicción de Coroma, también reclamada por el vecino departamento de Oruro.
Además de eso, los pobladores exigen la construcción de una fábrica de cemento, la reactivación de una planta de zinc, la habilitación de un aeropuerto, la construcción de la ruta Tarija-Potosí y la preservación del Cerro Rico, centro de explotación argentífera desde la época de la colonia.
Esa masiva manifestación terminó en un desborde de violencia contra el gobernador de Potosí, Félix González, y contra la vivienda del viceministro de Coordinación, César Navarro, en hechos que no pasaron a mayores pero que revelan el nerviosismo que se vive en la región. La situación es crítica en el departamento de Potosí, aislado desde la semana pasada porque las rutas están cortadas, lo cual ha llevado al desabastecimiento de alimentos.
Un vocero del comando policial de Potosí -que pidió guardar el anonimato- dijo a la AFP que "las salidas de buses al interior están suspendidas" y que en los bloqueos de caminos están impedidos los pasos incluso de ambulancias. La tarde del miércoles, un receso en las medidas permitió que unos 60 turistas, entre ellos unos 40 franceses que quedaron varados en la ciudad de Potosí a causa de la huelga regional, abandonaron el lugar rumbo a la vecina, Sucre.
Los otros turistas que quedaron atrapados en la huelga eran alemanes, japoneses, brasileños, españoles y estadounidenses. Unos 120 vehículos de transporte público que estaban detenidos desde hace una semana en los puntos de bloqueo de rutas también pudieron proseguir viaje, precisó la fuente.
El ministro de Obras Públicas, Walter Delgadillo, deploró las acusaciones de que el gobierno tiene abandonado a Potosí, al asegurar que entre 2006 y 2010 erogó 3.800 millones de bolivianos (543 millones de dólares) en el desarrollo de ese departamento minero en proyectos de telecomunicaciones, transportes y vivienda.
En ese sentido, el gobierno de Evo Morales ha denunciado que la protesta -que impide también los viajes terrestres a Argentina- está digitada por el alcalde opositor de la ciudad de Potosí, René Joaquino, para eludir un proceso judicial por defraudación de dineros públicos.
Fuente: AFP