BANGKOK.- El avance implacable de los blindados del ejército tailandés obligó a los líderes de los "camisas rojas" a dispersarse y poner así fin a la protesta iniciada a mediados de marzo en Bangkok. El asalto final del ejército a la zona en la que se habían atrincherado no dejó a los rebeldes otras salida que la rendición, ya que los grupos insurgentes más duros que intentaron resistir dejaron varios muertos en las calles.
"Ponemos fin ahora a nuestras manifestaciones", declaró Nattawut Saikuar, uno de los principales jefes de los manifestantes antigubernamentales, al dirigerse a miles de "camisas rojas" reunidos ante el principal estrado, en el centro de la zona que ocupaban desde principios de abril. "Sé que para algunos de vosotros es inaceptable y que algunos no quieren ni oír hablar de ello pero no podemos resistir", añadió.
"Vamos a intercambiar nuestra libertad por vuestra seguridad. Hemos hecho todo lo que podíamos", concluyó. "Le pido a todo el mundo que vuelva a su casa".
Poco después de este anuncio, los manifestantes empezaron a abandonar la zona y algunos incidentes se registraban en los alrededores, según observó un periodista de la AFP. Nattawut y al menos otros tres líderes de los manifestantes se dirigieron a continuación al cuartel general de la Policía Nacional donde se entregaron.
La rendición de los manifestantes respondió al asalto del ejército a la zona ocupada, iniciado por la mañana. Al menos ocho personas, incluido un periodista italiano, murieron en los enfrentamientos del miércoles.
Las autoridades anunciaron que impondrán el toque de queda en Bangkok hasta el jueves. Los "camisas rojas" lanzaron su movimiento a mediados de marzo para reclamar la dimisión del primer ministro, Abhisit Vejjajiva, y elecciones legislativas anticipadas. Desde entonces, más de 70 personas han muerto y más de 1.700 han resultado heridas.
Fuente: AFP