La revista Interviú publicó ayer fotos ocultas por tres décadas: la duquesa lucía sus grandes atributos en una playa de Ibiza.
Hay un mito en la Casa de Alba: se dice que la famosísima maja desnuda que pintó Goya a fines del siglo XVIII no era otra que María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, la decimotercera duquesa de Alba. Su sucesora, la decimoctava duquesa, no tiene nada que envidiarle, tal como se puede apreciar en las fotos que publicó ayer la revista española Interviú.
Como especial regalo de bodas a Cayetana de Alba (85), que mañana se casa en terceras nupcias con Alfonso Díez (61), el semanario expuso un exclusivo dossier de 18 fotos nunca vistas en público, que estuvieron ocultas durante casi tres décadas. En ellas se puede ver a la duquesa, espléndida a sus 56 años, haciendo Topless en Punta Galera, una exclusiva playa de Ibiza.
También hay un escandaloso desnudo completo. Podría decirse que hoy Cayetana ya no luce las bikinis como antes, pero nadie puede negar que supo conservar su figura durante décadas.
La duquesa es amada y admirada en toda en España por su desenfado y su libertad; es reconocida por hacer siempre lo que se le da la gana, aún en contra de las convenciones sociales. Un buen ejemplo es su boda con Alfonso Díez, plebeyo y empleado público. Otro, su gusto por tomar sol al natural. Su vida amorosa siempre hadado de comer a la prensa del corazón.
Su primer amor fue frustrado: a los 19 años tuvo un apasionado romance con el torero Pepe Luis Vázquez, pero su padre le prohibió esa relación y la mandó a Londres para que se olvidara. Un año después se comprometió con Luis Martínez de Irujo, hijo de duques.
Enviudó en 1972 y en 1978 volvió a casarse con un ex sacerdote, Jesús Aguirre Ortiz de Zárate.
Pero en 1984, dos años después de las fotos en topless en Ibiza, un escándalo sacudió España: el famoso Antonio el Bailarín aseguró que Fernando, el cuarto vástago de la duquesa, era hijo suyo. Ella lo negó. España la adora.
Fuente: Diario Libre.