El canciller Héctor Timerman informó que, tras un pedido del Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), la Comisión Cascos Blancos de la Cancillería argentina "colaborará con los trabajos que se están llevando adelante en la frontera con Túnez".
"En esa frontera se registran movimientos masivos de libios y ciudadanos de otros países de la región que buscan refugio. Las Naciones Unidas están trabajando intensamente para resolver esta situación humanitaria", explicó el Canciller, quien hace días ordenó la evacuación de la embajada argentina.
La delegación que viajará a esa región estará compuesta por ocho personas "expertas en logística, manejo de campamentos de desplazados, situaciones de emergencia en aeropuertos y demás especialistas que puedan colaborar con el trabajo que han desplegado las Naciones Unidas en la zona de frontera".
Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al menos 250.000 personas huyeron de Libia desde que comenzaron las manifestaciones contra el régimen de Muammar Kadafi.
Los Cascos Blancos, que fueron regenerándose con el pasar de los años, comenzaron en 1994 como un proyecto de asistencia humanitaria para luchar contra el hambre en el mundo, como una fuerza paralela a los Cascos Azules. Fue ideado por el gobierno de Carlos Menem, quien por entonces era propuesto por su entorno como candidato a obtener el Premio Nobel de la Paz.
Quien recepcionó la iniciativa fue el controvertido secretario de las Naciones Unidas Boutros Boutros-Ghali (1992-1996). Su período a cargo del organismo internacional fue signado por las críticas luego de que la entidad no reaccionara a tiempo ante el genocidio de Ruanda que se llegó cobró 800.000 víctimas.