Como un símbolo del rumbo que planea darle a su gobierno en materia de derechos humanos fue tomado el anuncio que Michelle Bachelet, hizo el jueves a la titular de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de ese país, Lorena Pizarro.
Bachelet “se acercó a decirme que hoy firmó la nulidad de la Ley de Amnistía, el artículo 93 del Código Penal y otras iniciativas que hemos solicitado”, aseguró Pizarro al diario trasandino La Tercera, una vez finalizado el acto oficial de conmemoración del golpe de Estado que derrocó y asesinó a Salvador Allende en 1973.
En este nuevo mandato, Bachelet puso en los primeros lugares de su agenda de prioridades revisar la ley aprobada en 1978 por la Junta Militar presidida por el dictador Augusto Pinochet, que dejó sin sanciones a los militares y civiles responsables de crímenes de lesa humanidad entre 1973 y 1978.
Sin embargo, cuando Chile adhirió a la creación del Tribunal Internacional de La Haya, los jueces de ese país comenzaron a aplicar la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad.
De todas maneras, los derechos de las víctimas de la dictadura están en el tapete para el actual gobierno. “La Presidenta ha señalado que va a impulsar la Subsecretaría de los Derechos Humanos. A su vez, hay un mensaje que se está preparando en relación con la tipificación del delito de tortura. Se ha puesto urgencia a algunas mociones parlamentarias, entre ellas, aquella que deroga la Ley de Amnistía. Es una urgencia que le da un plazo al Parlamento de discusión en un lapso determinado”, dijo el jueves, tras la confirmación de los anuncios oficiales, el ministro de Justicia, José Antonio Gómez.
Atentado. La semana que termina no fue sencilla para los residentes en Santiago: el lunes 8, en la estación de subte Escuela Militar, una bomba colocada en un tacho de basura de un local de comidas dejó un saldo de 14 heridos, destrozos y pánico entre los transeúntes, y reavivó debates en la población trasandina. Un día siguiente estalló otra de estruendo en Valparaíso, sin causar daños ni víctima.