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Benedicto XVI abrió la procesión ante el féretro de Juan Pablo II

La celebración de la beatificación de Juan Pablo II, que ya congregó a miles de católicos, continúa con la exhibición del cuerpo ante los fieles. Galería de fotos.

Féretro de Juan Pablo II, instalado en la basílica de San Pedro. Por allí pasará la multitudinaria procesión de católicos.
| AFP

El Papa Benedicto XVI abrió este domingo la procesión ante el féretro de Juan Pablo II, instalado dentro de la basílica de San Pedro, al concluir la multitudinaria ceremonia de beatificación del Papa polaco.

Benedicto XVI elogió al nuevo beato Juan Pablo II por haber tenido "la fuerza de un gigante" para "invertir" la tendencia de "la sociedad, la cultura y los sistemas político y económicos" de abandonar el cristianismo.

"Abrió a Cristo la sociedad, la cultura,los sistemas políticos y económicos, invirtiendo con la fuerza de un gigante, fuerza que venía de Dios, una tendencia que podía parecer irreversible", dijo el Papa durante la homilía pronunciada con ocasión de la beatificación de su predecesor, a la cual asistieron 23 jefes de Estado.

Durante la ceremonia, el actual líder de la Iglesia Católica usó el cáliz que Juan Pablo II empleó en los últimos años. El culto litúrgico del nuevo beato será celebrado el 22 de octubre de cada año, en el aniversario del comienzo del pontificado de Juan Pablo II en 1978.

"Ayudó a los cristianos de todo el mundo a no tener miedo de llamarse cristianos, de pertenecer a la Iglesia, de hablar del Evangelio", dijo ante una multitud de personas llegadas de todo el mundo para asistir en la plaza de San Pedro a la beatificación de Juan Pablo II, pontífice de 1978 al 2005.

Benedicto XVI, primer pontífice en siglos que proclama beato a su predecesor, recordó que el papa polaco, había vivido la confrontación entre marxismo y cristianismo. "Su mensaje fue éste: el hombre es el camino de la Iglesia y Cristo es el redentor del hombre", subrayó.

En su homilía, Benedicto XVI, quien derogó la norma que obliga a esperar cinco años de la muerte de una persona para abrir su proceso de beatificación, reconoció que la causa se realizó con "razonable rapidez". "Ya en aquel día (al referirse a los funerales) percibíamos el perfume de su santidad", dijo.

"Y he aquí que el día esperado ha llegado. Ha llegado pronto porque así lo ha querido el Señor: Juan Pablo II es beato", clamó. El Papa concluyó su homilía agradeciendo a Dios por haberle concedido de colaborar "durante mucho tiempo con el beato papa Juan Pablo II".

"Cuando me llamó a Roma como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, durante 23 años pude estar cerca de él y venerar cada vez más su persona. Su profundidad espiritual y la riqueza de sus intenciones sostenían mis servicios. El ejemplo de su oración siempre me ha impresionado y edificado", recordó.