Un muerto y una decena de heridos dejaron los choques entre policías y pobladores que ocuparon una planta de gas operada por la petrolera holandesa Shell en el sur de Bolivia, tomaron rehenes a efectivos de seguridad y pretenden cortar la provisión gasífera a Brasil y Argentina.
Derman Ruiz (37) murió desangrado luego de recibir un proyectil de arma de fuego en una pierna, supuestamente percutada por la fuerza pública, en un choque en la ciudad de Villamontes (1.215 km al sur de La Paz y en la frontera con Paraguay), cuando pobladores enardecidos intentaron tomar una planta de bombeo de gas a la Argentina, gestionada por la petrolera holandesa Shell.
Confusos informes oficiales y extraoficiales dan cuenta de la existencia de al menos dos decenas de heridos de bala y balín de goma en Villamontes y la población vecina de Yacuiba, donde un millar de pobladores han tomado de hecho una planta de provisión de gas a la ciudad de Tarija, de 200 mil habitantes, gestionada por Shell.
En una saga de violencia, 40 policías fueron tomados rehenes por los activistas tras desarmarlos, informó el ministro del Gobierno (Interior), Alfredo Rada, que intenta en Yacuiba abrir canales de negociación con los líderes de la protesta.
Una enardecida turba saqueó además las oficinas de Transredes e incendió dos vehículos de la empresa.
El conflicto estalló el lunes cuando autoridades de las provincias Gran Chaco y O'Connor, en la jurisdicción del departamento de Tarija, cerraron rutas e intimaron por separado el cierre de válvulas en el gasífero sur boliviano en un conflicto por la posesión del enorme yacimiento Margarita.
Se trata, en claro, de una disputa por la asignación de 25 millones de dólares al año, provenientes de la renta petrolera que tras la nacionalización de hidrocarburos dejó en el país 1.600 millones de dólares en 2006.
Las escaramuzas continuaban en Yacuiba, y en Villamontes prevalecía una paz frágil, según despachos de radio.
El presidente Evo Morales resposabilizó al gobernador opositor de Tarija, Mario Cossio, por la muerte de Ruiz.
La resolución de un conflicto de límites entre dos provincias que se disputan la jurisdicción de un megacampo Margarita, "es competencia de la autoridad regional", acusó el Presidente.
A su retorno de Venezuela, donde asistió a la I Cumbre Sudamericana de Energía, el mandatario deploró que "no se puede entender (a) dos provincias hermanadas enfrentadas por un tema económico".
Morales pidió "pacificar la zona", donde fuerzas combinadas del Ejército y la Policía custodian plantas de bombeo, válvulas, gasoductos y campos de producción de gas natural.
Mediante un decreto supremo, la administración del Presidente indígena declinó la competencia de Cossio en el conflicto y la transfirió al gobernador oficialista del vecino departamento de Potosí, Mario Virreyra.
El Gobierno apartó a Cossio del conflicto en una medida que "se corresponde con la negligencia, con la incompetencia, desinterés y con la manipulación política con que ha actuado el Prefecto (gobernador) que ha llevado a los ciudadanos a una confrontación de esta naturaleza que es intolerable para nuestra democracia".
La recusación fue rechazada de plano por líderes civiles de O'Connor, leales a Cossio. Un portavoz, Teodoro Suriguay, llamó en represalia a "tomar inmediatamente medidas de presión".
Organizaciones civiles de las provincias Gran Chaco y O'Connors, habían pedido respectivamente el pronunciamiento del gobierno central de La Paz y de Cossio.
En el tercer día de una crisis en ascenso y mientras Cossio prometía un dictamen recién para mayo, el corte de rutas en Gran Chaco mantenía varado a más de un millar de vehículos en ambos lados de la frontera de Bolivia y la Argentina.
En tanto, miles de pobladores continuaban en vigilia frente a la planta de Shell en Villamontes, lo que obligó a los custodios de la instalación petrolera a cerrar las válvulas del fluido a Tarija.
"Esto repercutirá en (la ciudad de) Tarija (a 700 km al sur de La Paz), que en las próximas horas se quedará sin energía eléctrica", según el ministro de Defensa, Walker San Miguel.
Las bombas de los gasoductos a la Argentina y Brasil se mantenían en operación, refirió el ministro, pese a la presión de organizaciones civiles para que se pare el bombeo.
Fuente: AFP