El Banco Central brasileño anunció este lunes un programa que permitirá una liberación progresiva de encajes bancarios por hasta 100.000 millones de reales (unos 45.000 millones de dólares al cambio actual) para garantizar la liquidez del mercado financiero, en la más amplia medida anti-crisis lanzada por la institución.
Las liberaciones de los encajes (reservas que los bancos están obligados a mantener bajo custodia del Banco Central) serán efectuadas "de acuerdo con las necesidades de liquidez de los mercados", informó la institución.
El Banco Central comenzó a flexibilizar los encajes a fin de setiembre (entonces con un potencial de unos 2.250 millones de dólares) y posteriormente autorizó a los bancos a utilizar otra parte de los encajes (por unos 11.000 millones) para la compra de carteras de crédito de instituciones menores.
El gobierno además autorizó al Banco Central a adquirir carteras de instituciones en problemas. "Son medidas acertadas del Banco Central destinadas a recobrar el nivel de liquidez, porque estamos viviendo un problema de liquidez en el mundo. Y está actuando en un tipo de encaje que estaba en un nivel muy alto en Brasil", declaró a la AFP el economista jefe de la calificadora de riesgo Austin Rating, Alex Agostini.
Austin Rating analizó más de 60 bancos, y concluyó que "existe en Brasil una solidez financiera bastante buena, especialmente en los bancos grandes". Según la consultora, las medidas del Central brasileño apuntan más que al sector financiero en general a las instituciones bancarias medias y pequeñas, que "tienen un inmovilizado bastante grande en sus carteras y precisan de más recursos".
El ministro de Hacienda brasileño, Guido Manteiga, afirmó en entrevista de televisión este lunes que Brasil está preparado ante la crisis gracias a "un sistema financiero sólido, una economía creciente, un mercado interno que otros países no tienen y reservas por 200.000 millones de dólares".
Aun así, Manteiga ha reconocido que en el próximo año el crecimiento económico será menor al 5% esperado en 2008. El impacto de la crisis en Brasil se tradujo en una depreciación del real (a 2,325 por dólar) de 33% desde el 31 de agosto, cuando alcanzó su máximo valor en nueve años.
El principal indice de la Bolsa de Sao Paulo, el Ibovespa, retrocedió 20,01% la pasada semana, y acumuló pérdidas en el año de 44,26%. Este lunes los mercados brasileños se recuperaban fuertemente, en consonancia con las bolsas internacionales.
El Banco Central también ha estado vendiendo dólares de sus reservas internacionales directamente al mercado por primera vez en cinco años, para garantizar liquidez en moneda extranjera y paliar la depreciación del real.
Fuente: AFP.