Nusa Dua, Indonesia - Las negociaciones de la Conferencia de Bali (Indonesia) sobre el Cambio Climático entrarán mañana en su etapa decisiva, con la intervención de ministros del mundo entero en arbitrajes que seguramente serán tensos. Entre las personalidades que llegarán a la isla Indonesia destacan el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon y el ex vicepresidente estadounidense Al Gore, que mañana recibirá en Oslo el Premio Nóbel de la Paz por sus esfuerzos para sensibilizar a la población sobre las consecuencias del cambio climático.
Más de 10.000 personas, entre ellas delegados de 190 países, cientos de expertos, organizaciones no gubernamentales y 1.400 periodistas, asisten a esta conferencia en Bali, iniciada el 3 de diciembre y que concluirá el 14. Su principal objetivo es elaborar una hoja de ruta de las negociaciones que prolongarán más allá de 2012 el Protocolo de Kioto, única herramienta internacional para frenar las emisiones de gases con efecto invernadero, una de las causas del calentamiento del planeta.
En ese sentido, los científicos recomiendan reducir tales emisiones a la mitad de aquí a 2050 (el porcentaje de reducción alcanzaría 80% para los países industrializados) para limitar el calentamiento de la tierra a dos grados. Kioto, que data de 1997, sólo prevé una modesta reducción de 5% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los países más industrializados para el periodo 2008-2012, que podría convertirse en 3% si se tiene en cuenta la retirada estadounidense en 2001.
En Bali, los delegados son conscientes del "ambiente de urgencia" que domina la reunión, según la expresión de un experto forestal europeo. Y en ese contexto, miles de personas se manifestaron el sábado en diversas partes del mundo para pedir medidas audaces. Sin embargo, las discusiones iniciadas el pasado lunes en Bali fueron difíciles y las pocas decisiones adoptadas fueron de corte técnico.
El director ejecutivo de la Convención de la ONU para el Cambio Climático, Yvo de Boer, expresó inclusive su preocupación de que los ministros de Medioambiente tengan demasiados asuntos sobre la mesa para tan sólo dos días de debates (miércoles y jueves) antes de presentar las conclusiones el viernes. "Estoy un poco preocupado porque habrá muchos temas en la reunión de alto nivel, los ministros tendrán mucho sobre la mesa y un tiempo muy limitado para alcanzar una conclusión", dijo Boer ayer. "Creo que cada delegación comprende la urgencia, pero creo también que ninguna olvida sus intereses nacionales", dijo en una entrevista a la agencia de noticias AFP.
Un abismo sigue dividiendo a los países del Norte y del Sur en el terreno de las negociaciones: los países industrializados tienen que asumir una responsabilidad histórica en la "contaminación climática". Los países en desarrollo rechazan objetivos internacionales que los obligan a frenar sus emisiones de gases con efecto invernadero al afirmar que tienen derecho al crecimiento. Pero esto es puesto en tela de juicio por países industrializados como Japón o Canadá. Otros países ricos -entre éstos el primer contaminante y primera economía mundial, Estados Unidos, que no ratificó Kioto- rechazan la imposición de objetivos internacionales vinculantes para reducir sus emisiones. Por esta razón, el lunes y martes será necesario trabajar a cuatro manos para "despejar" los problemas, insistió De Boer. Según Angus Friday, responsable de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSS), "hay distancia en la táctica de las negociaciones y en cuándo alcanzar un acuerdo". "Es importante que los países ricos tomen iniciativas y respondan a su obligación moral para que las otras naciones sigan el movimiento", estimó