Santiago - Trabajadores chilenos protagonizaron ayer una masiva protesta callejera, la primera que enfrenta el gobierno de Michelle Bachelet, en rechazo del modelo económico y la desigualdad social, que derivó en choques con la Policía, con casi 600 detenidos y decenas de heridos, entre ellos un senador.
La manifestación nacional fue convocada por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), la mayor agrupación sindical del país, dirigida por Arturo Martínez, un socialista al igual que Bachelet.
Martínez desafió a la presidenta y la acusó de estar haciendo mal las cosas e incumplir su promesa de disminuir la desigualdad social en Chile. " Los trabajadores hoy han tenido mayor dignidad. El pueblo de Chile está orgulloso de tener trabajadores conscientes, que salieron a la calle a reclamar sus derechos," dijo el titular de la CUT, al hacer una balance de la jornada.
La manifestación, que se extendió hasta la noche en algunas poblaciones de la periferia de Santiago, dejó un saldo de 573 personas detenidas en el país, 453 en Santiago y unos 50 heridos, entre ellos el senador socialista Alejandro Navarro, una decena de policías y varios miembros de la prensa, además del poeta y premio nacional de Literatura, Raúl Zurita. Navarro, que participó de la movilización, y resultó herido luego de que un policía lo golpeó en la cabeza.
El parlamentario, visiblemente ensangrentado, denunció el hecho, y la institución policial le ofreció disculpas. "Creo que fue un error del gobierno no autorizar la marcha. Siento que el gobierno se equivocó", dijo el parlamentario, criticando que "no se está cumpliendo" el derecho a manifestarse.
La mayoría de las detenciones se produjo en las cercanías del Palacio presidencial de La Moneda, en el centro de Santiago, donde se concentraron los disturbios, que incluyeron enfrentamientos con la Policía y el estallido de bombas incendiarias.
Los agentes policiales reprimieron con carros hidrantes y gases lacrimógenos a las columnas de manifestantes que intentaron avanzar hacia la sede del Gobierno, donde no estaba autorizada la manifestación. Las refriegas cortaron parcialmente el tránsito por la céntrica Alameda y afectaron el funcionamiento del comercio y el transporte público.
Varias universidades además cancelaron sus clases. "Avanzar, avanzar hacia el paro nacional", era la consigna que coreaban los manifestantes.
El gobierno aseguró, no obstante, que la ciudad operaba con "plena normalidad", según dijo el subsecretario Felipe Harboe.
Desórdenes se habían registrado también en otras ciudades, como Valparaíso (120 km al oeste de Santiago), Rancagua (80 km al sur) y Concepción (500 km sur).
La presidenta Bachelet siguió con sus actividades normales y afirmó que la democracia "no necesita desorden ni violencia". "En democracia y en mi Gobierno los trabajadores siempre podrán demostrar, pacíficamente, sus demandas y derechos", enfatizó.
A la movilización adhirieron 18 gremios, entre ellos el de los profesores, estudiantes, empleados públicos y choferes del transporte público.
La protesta tuvo como símbolo a una vaca, que "está cansada de ser ordeñada en beneficio de unos pocos". La CUT recurrió a esta analogía para describir el hastío de los trabajadores chilenos, que afirman estar cansados de no acceder a los beneficios del sistema económico chileno, que este año hará crecer a la economía en un 6%.
El crecimiento económico llevará al fisco chileno a cerrar con este año con un superávit cercano a los 20.000 millones de dólares, tras acumular en 2006 unos 11.000 millones de dólares. Los mayores recursos se han destinado en su mayoría al ahorro.
Según cifras del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Chile es el segundo país más desigual de América Latina, después de Brasil. Las cifras dicen que en Chile el 10% más rico de la población se lleva el 47% de los ingresos, mientras que el 10% más pobre sólo obtiene el 1,2%.
Fuente: AFP