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casi todo se abona con el celular

China: la revolución del pago virtual abre dudas por la extinción del efectivo

El 70% de las transacciones ya se realizan con “billetera electrónica”. Es más seguro y práctico, pero podría llevar a la exclusión financiera de ciudadanos no bancarizados.

20180910_1345_internacionales_CP52 Agencia AFP
Sin billetes. Los comerciantes tienen un código QR que los clientes escanean con el móvil para pagar. | afp

Desde Beijing

 

En la puerta de la estación Jianguomen, en el centro de Beijing, un señor exprime naranjas a mano sobre una mesita y vende jugo a diez yuanes. Nadie le paga con billetes ni monedas. Cuando tiene que cobrar una venta, el hombre muestra un código QR en la pantalla de su teléfono móvil. Los clientes lo escanean con sus propios smartphones y eso es todo: transacción hecha, en un segundo y sin dinero mediante. O mejor dicho: sin dinero visible.

La escena se repite en casi cualquier rincón de China donde haya algo que pagar. El uso de efectivo es una costumbre en extinción en este país. El 70% de las transacciones comerciales se hace hoy de manera virtual, según los últimos datos del Centro de Información de la Red de Internet de China, la agencia gubernamental que controla la circulación de datos en la web.

El sistema de “billetera electrónica” revolucionó las formas de pago en la nación con el mercado de consumo más dinámico del mundo. Se utiliza para supermercados, restaurantes, transporte, impuestos, puestos callejeros y cualquier transacción cotidiana, incluso para transferencias entre personas. Se trata de un nuevo paradigma mucho más práctico y seguro que la moneda física, aunque también tiene su lado B: el boom del dinero virtual podría dejar excluidos a decenas de millones de chinos no bancarizados que hoy están excluidos de su uso.

Los pagos electrónicos se operan a través de dos aplicaciones: WeChat y Alipay, que pertenecen a las gigantes tecnológicas Tencent y Alibaba respectivamente. Alipay funciona de manera similar al sistema Paypal. WeChat, en cambio, es una aplicación multiuso que, además de servir como canal de chat y red social, ofrece el servicio de WeChat Pay.

Cada usuario puede asociar la app a su cuenta bancaria y derivar saldo a WeChat. Ese saldo es el que se usa para los pagos. Si uno va al supermercado, al llegar a la caja genera un código QR y se lo muestra al cajero, que lo escanea con un lector láser y debita el dinero. También funciona de manera inversa: a veces son los comercios los que muestran el código QR, y el usuario los escanea con el móvil. En los bares, por ejemplo, cada mesa tiene pegado un código al que se le van computando los consumos hasta el momento de abonar.

El uso del dinero virtual crece a ritmo vertiginoso: las transacciones electrónicas aumentaron un 10% de 2016 a 2017. Algunas iniciativas locales de “ciudades en efectivo” incluso abrieron un debate acerca de si los pagos móviles podrían llegar a sustituir legalmente al yuan.

Pero los reguladores oficiales empiezan a observar la tendencia con cierta preocupación. Según el Banco Mundial, unos 200 millones de chinos de zonas rurales no están bancarizados. Si el dinero virtual reemplazara definitivamente al efectivo como forma de pago por default, esos ciudadanos quedarían marginados de los circuitos comerciales.

Para China, el desafío es evitar que la billetera electrónica cause exclusión financiera. Que la extinción del efectivo no genere una brecha entre ricos y pobres, ciudadanos urbanos y rurales, jóvenes y viejos. Una cuestión no menor para un país que apuesta al consumo interno masivo como vía para convertirse en la primera potencia mundial.