Bogotá - Las revelaciones de un capo de las drogas colombiano, preso a la espera de ser extraditado a Estados Unidos, salpicaron a jefes paramilitares desmovilizados, a la guerrilla izquierdista y a políticos, aunque juristas y el gobierno dijeron que su testimonio debe ser confrontado.
En sus declaraciones Hernando Gómez (alias 'Rasguño'), entregado en febrero por Cuba donde estuvo detenido tres años y medio, no dejó títere con cabeza: dijo que Venezuela se ha convertido en un "templo" del narcotráfico, que los mexicanos dominan el negocio y que la guerrilla de las FARC era uno de sus proveedores.
Además afirmó que su organización, el Cartel del Norte del Valle se sumó a sus "colegas" de Cali en la entrega de dinero para financiar la elección del presidente Ernesto Samper (1994-1998) y que jefes paramilitares de ultraderecha desmovilizados continuan delinquiendo.
El diario El Tiempo aseguró este viernes que el jefe paramilitar acusado por Gómez es Carlos Mario Jímenez (alias 'Macaco'), quien se habría quedado con buena parte de su fortuna.
"Estas declaraciones deben ser tomadas con pinzas. No podemos dejar que delincuentes se atribuyan la potestad de definir cuál es la verdad" comentó el ex fiscal general Alfonso Gómez, quien pidió una amplia investigación por parte de la justicia colombiana, que confronte ese testimonio y levante las pruebas necesarias.
El ex fiscal subrayó que por eso es importante suspender la extradición del capo a Estados Unidos, donde enfrenta cargos de haber enviado entre 500 y 600 toneladas de cocaína, que sumadas alcanzarían un valor en el mercado negro superior a los 12.000 millones de dólares.
"La justicia debe tomar esas declaraciones con beneficio de inventario (reserva)" señaló el ministro de Defensa Juan Manuel Santos, quien empero subrayó el interés del gobierno "de que se conozca toda la verdad y que la justicia obre".
El vicepresidente Francisco Santos señaló que si, como dice 'Rasguño' hay paramilitares desmovilizados que siguen delinquiendo serán extraditados. "La justicia debe investigar esas denuncias hasta el fondo" anotó.
La policía colombiana y el propio detenido, sostienen que sus enemigos podrían intentar matarlo para evitar que confiese lo que sabe a las autoridades estadounidenses con las cuales intenta llegar a un acuerdo para que le rebajen la pena a cambio de información.
El capo permanece en el penal de alta seguridad de Cómbita (centro), y las medidas de seguridad a su alrededor han sido reforzadas.
"Tenemos que ser capaces de darle la protección necesaria, pero necesitamos que de su testimonio a la justicia colombiana" insistió el ex fiscal Gómez, quien dijo que a Estados Unidos sólo le importará lo que diga el capo en cuanto se refiera al narcotráfico.
"Aquí está hablando de cosas muy importantes para aclarar muchas cosas de la reciente historia colombiana" agregó. En su testimonio el capo aseguró que no tenía cultivos ni laboratorios propios y que tenía proveedores que le suministraban la cocaína.
"Yo nunca produje droga, ni tuve laboratorios, compraba producto terminado en Bolivia, Perú o a las FARC en el sur del país" aseguró.
Aunque Washington y Bogotá aseguran que las marxistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se han convertido en un cartel de la droga, los rebeldes aseguran que no tienen que ver con el narcotráfico y que se limitan a cobrar un impuesto de guerra a los cocaleros que viven en territorios bajo su influencia.
El ex presidente Samper, a quien Estados Unidos le retiró la visa debido a la financiación del narcotráfico de su campaña pesidencial, descalificó las declaraciones de 'Rasguño' porque dijo que provienen de un delincuente y pueden estar motivadas por obtener beneficios judiciales.
Fuente: AFP