Moscú
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, acusó ayer al gobierno de los Estados Unidos de “hacerle el juego” a los grupos terroristas que se enfrentan en Siria con el régimen de Bashar Al Assad y de “agravar la catástrofe humanitaria” en ese país con los bombardeos lanzados anteayer. En un comunicado difundido por el Kremlin, Putin condenó “de la forma más seria” la “agresión” estadounidense “contra un Estado soberano que se encuentra en la vanguardia de la lucha contra el terrorismo”.
Al mismo tiempo, el mandatario ruso anunció la convocatoria de una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para “debatir las acciones agresivas de los Estados Unidos y sus aliados”. Sin embargo, Putin no anunció ninguna acción militar concreta para responder a los bombardeos estadounidenses. Al menos por el momento, Moscú opta por evitar una escalada bélica en territorio sirio, de la que no obtendría ningún beneficio.
El hecho de que los ataques no hayan provocado víctimas rusas ni daños serios a instalaciones rusas en Siria parece argumento suficiente para que prime el pragmatismo en el Kremlin. El ministerio ruso de Defensa informó ayer que ninguno de los misiles de la coalición aliada había caído en la zona controlada por las defensas antiaéreas rusas. De hecho, los rusos fueron advertidos previamente de las circunstancias del ataque, según confirmó el embajador norteamericano en Moscú.
Ayer, el Consejo de Seguridad de la ONU rechazó un proyecto de resolución que había sido presentado por Rusia y que exigía una condena a los bombardeos. La propuesta recibió apenas tres votos a favor. El borrador ruso exigía que el Consejo condenara los ataques por considerarlos “una violación del derecho internacional y de la Carta de la ONU”. En la apertura de la reunión, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, había llamado a todas las partes a “actuar de acuerdo con la Carta de la ONU”.
Ratificación. Sin embargo, las delegaciones de los Estados Unidos, Francia y Reino Unido defendieron los ataques con misiles realizados contra varios objetivos en territorio sirio. Estos ataques fueron una respuesta a la alegada utilización de armas químicas por parte del gobierno sirio en Duma el pasado sábado.
La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, dijo que Washington está “cargado y engatillado” para golpear nuevamente a Siria si se verificaba un nuevo uso de armas químicas.
También juega Irán
El ayatolá de Irán, Ali Jamenei, uno de los principales aliados internacionales del régimen sirio de Bashar Al Assad, declaró ayer que “el ataque llevado a cabo contra Siria es un crimen” y dijo “sinceramente” que “el presidente estadounidense (Donald Trump), el presidente francés (Emmanuel Macron) y la primera ministra británica (Theresa May) son criminales, no conseguirán nada y no sacarán beneficio alguno” con su accionar bélico. Para Irán, la continuidad en el poder de Al Assad es un objetivo de orden estratégico.