La prensa corrupta es uno de los epítetos más suaves que el presidente ecuatoriano usó en sus apariciones. Con unas reuniones en las que hace uso de sus dotes histriónicas, el mandatario pone como ejemplo a seguir los caminos que han tomado Hugo Chávez y los Kirchner.
Al poco tiempo de asumir, Correa había llamado "gordita horrorosa" a una periodista que le hizo una pregunta que lo incomodó. Ese fue el puntapié para una pelea que cada día aumenta su tenor. La versión de Correa es que ella le dijo: ¿Qué quiere que le pregunte, porque ustedes sólo responden lo que quieren que les pregunten?. “Bestias salvajes” fue otro de los calificativos.
“El miedo a perderse hace que los medios hoy más que nunca cacen en manada como bestias salvajes haciendo añicos a la gente y a su reputación”, repitió Correa, quien anunció que modificará la forma en la que suele dar declaraciones.
En las ruedas de prensa sólo acepta preguntas por escrito para evitar exponerse “a periodista o reportero majadero y malcriado que no ha entendido su papel ni lo que es la Presidencia de la República”, según sus propias palabras.
También hizo burla a algunos presentadores de televisión e instó a golpearlos, en tono de chiste. La autoridad moral de la Sociedad Interamericana de Prensa es otra de las entidades que entraron en sus críticas. Prometió "aplicar la ley" y condenó la injerencia externa en sus asuntos, justamente en días en los que aceptó la donación de aviones supersónicos por parte del gobierno venezolano.