“¡No se animaron esos intelectuales de la contrarrevolución internacional, esos colonialistas, esos pitiyanquis, a discutir con los intelectuales de nuestra revolución! ¡Al señor Vargas Llosa le dio miedo y nos defraudó!”, dijo ayer el presidente Hugo Chávez en el tercer día de un programa por radio y TV que, según confirmó, finalizará hoy. Por la mañana, en el Hotel Caracas Palace, mientras desayunaba con su esposa, Patricia, el escritor y político liberal Mario Vargas Llosa tenía una interpretación diferente: “La invitación de Chávez a debatir no fue seria; fue una bravata o acaso una emboscada. Al final, él se rajó”.
Lo cierto es que el debate entre Chávez y Vargas Llosa al final no se realizó. Comenzó a pincharse el viernes por la noche, cuando el presidente venezolano pareció volver sobre sus pasos y aclaró que su invitación a debatir con “los intelectuales que han sido invitados a Caracas por la burguesía pitiyanqui de Venezuela” no lo incluía a él. “Yo puedo ayudar, tal vez moderando, pero el debate es entre los intelectuales de la contrarrevolución y ustedes, los patriotas, los hijos de Bolívar, de Juárez”, señaló, frente a una platea convocada a último momento desde diversos países para contrarrestar un seminario organizado por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico por la Libertad (Cedice), que cumplía 25 años.
“Yo lo que estoy haciendo es ofrecerles a estos intelectuales de la contrarrevolución internacional un espacio para la discusión de ideas. No es nada personal, sino que son dos fuerzas que se están enfrentando en la región y en el mundo. Yo les ofrezco el Palacio de Miraflores, el Salón de Ayacucho, donde se apoyó al golpe (de 2002) y la cadena nacional de radio y televisión, si la quieren”, agregó el jefe de Estado venezolano.
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(*) Editor Jefe de Diario Perfil.