La visitia del papa Francisco a los Estados Unidos concita la atención y algarabía de la sociedad. Sin embargo, se levantaron voces críticas de exiliados cubanos y del alcalde cubano-estadounidense de Miami, Tomás Regalado, quienes no le perdonan que el Sumo Pontífice no se hubiese reunido con disidentes y presos políticos en la Isla.
"El papa se reúne con los sin casa o los vagabundos en Washington y Nueva York, hubiera sido un gesto extraordinario si se hubiera reunido con algunos presos en una prisión cubana", señaló a periodistas Tomás Regalado, alcalde de Miami, Florida (sureste de EEUU).
"Es un contraste muy lamentable ver cómo el papa en una democracia como Estados Unidos se reúne con los marginados. Sin embargo, en una dictadura ignora a los marginados, ignora a los perseguidos (...) y escoge solamente confraternizar con el régimen dictatorial", dijo de su lado Orlando Gutiérrez Boronat, del Directorio Democrático Cubano.
"El papa Francisco está totalmente errado en su política hacia Cuba", señaló el directivo de la organización del exilio, que, al igual que el alcalde de Miami, ha sido crítico del acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, un proceso que ayudó a materializar el pontífice argentino con una discreta mediación.
El alcalde Regalado, en tanto, dijo que "el silencio del papa sobre la violación de los derechos humanos fue compensado por ese video que dio la vuelta al mundo" de varias personas interceptadas antes de la homilía en la Plaza de la Revolución de La Habana el domingo cuando intentaron acercarse a Francisco gritando "Libertad".
Regalado anunció por otro lado un foro el 23 de octubre en Miami para advertir a empresas instaladas en la ciudad de los "riesgos" de invertir en Cuba, luego de que el gobierno de Barack Obama anunciara la semana pasada la remoción de numerosas restricciones al comercio con la isla.
