Anna Gristina, la madre de un suburbio de Nueva York acusada de dirigir un prostíbulo de "alto estándar" en Manhattan, se declaró este martes culpable de cargos criminales de promover la prostitución.
Gristina, nacida en Escocia pero con ciudadanía estadounidense, será sentenciada el próximo 20 de noviembre y podría ser deportada. Para su condena se tomará en cuenta que tras ser acusada pasó cuatro meses presa y que pagó una fianza de 250.000 dólares.
Semanas atrás, un juez de Nueva York había decidido desestimar la solicitud de sobreseimiento formulada por la madama del burdel de lujo, y dispuso que la mujer, que llevaba una vida paralela de madre tranquila de las afueras de la ciudad, sea juzgada.
La británica Anna Gristina es acusada por la fiscalía de llevar una doble vida y regentear el lupanar que generaba varios millones de dólares. Fue detenida en febrero tras una operación encubierta. Gristina, quien se considera "una casamentera", le pidió al magistrado Juan Merchan que desestimara su caso, alegando que el policía encubierto que la descubrió no llegó al coito, sino que sólo vio a dos mujeres manteniendo relaciones sexuales. Merchan rechazó el pedido y de esta manera dió inicio al juicio que ayer llevó a Gristina al estrado.
El caso despertó febriles especulaciones en Nueva York sobre la identidad de los clientes del presunto prostíbulo de Gristina. Los fiscales dicen que la casa de citas funcionaba en un pequeño departamento en el Upper East Side de Manhattan, el barrio donde viven el alcalde Michael Bloomberg y muchos de los residentes más ricos de la ciudad.
El marido de Gristina, Kelvin Gorr, que estaba en el tribunal el jueves, dijo a la cadena CNN que su esposa "gerenciaba un servicio de citas... Básicamente, ella tiene algunos amigos muy ricos y poderosos y conoce a muchas mujeres hermosas".
Hasta el momento, Gristina se ha negado a dar nombres. Sin embargo, el muro de silencio podría romperse en el juicio.
El último gran escándalo de prostitución de Nueva York causó la renuncia en 2008 del entonces gobernador del estado, Eliot Spitzer, después de haberse revelado que era cliente de prostitutas que cobraban miles de dólares por visita.