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Washington
La Casa Blanca anunció ayer que el número dos de Estado Islámico, Fadhil Ahmad al-Hayali, también conocido como Haji Mutaz, murió el martes pasado durante un ataque aéreo estadounidense cerca de Mosul, en el norte de Irak. Voceros militares se negaron a precisar a la prensa si fue una ofensiva de drones o de aviones tripulados.
El anuncio fue hecho por el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, que detalló que Al-Hayali era el número dos del líder de EI, Abu Bakr al-Bagdadi. Fue abatido junto al “operador mediático” del grupo yihadista, conocido como Abu Abdullah, en un ataque contra un vehículo en el que ambos viajaban el martes 18 de agosto. Según fuentes iraquíes, el jerarca de EI viajaba en una camioneta blanca junto a Abdullah y dos escoltas cuando fueron alcanzados por aviones norteamericanos. Los escoltas también murieron.
Prudencia. Sin embargo, analistas tomaron con prudencia el anuncio, ya que esta no es la primera vez que las autoridades estadounidenses comunican la muerte de Al-Hayali.
En diciembre, funcionarios de Defensa de Estados Unidos dijeron que había sido uno de las figuras del grupo yihadista que murieron en ataques aéreos de la coalición de países occidentales, y habían dado otro de sus seudónimos: Abu Muslim al Turkmani.
Sin embargo, ahora las fuerzas estadounidenses dicen que fueron capaces de matarlo, junto con Abdullah.
Importante. Al-Hayali supervisaba las actividades de Estado Islámico en Irak, donde planeó sus operaciones durante los últimos dos años, incluyendo la ofensiva sobre Mosul, en junio de 2014. Provenía de Al Qaeda en Iran, grupo predecesor del EI. Según Washington, era “el principal coordinador de las transferencias de armas, explosivos, vehículos e individuos entre Irak y Siria”.
El vocero del Consejo de Seguridad, Ned Price, dijo que la muerte de Al-Hayali es un duro golpe para EI por su influencia en las finanzas y las operaciones mediáticas y logísticas del grupo.
Pero analistas advierten que su desaparición difícilmente debilite al grupo. Una probable consecuencia será el endurecimiento de las medidas de seguridad que protegen a Al-Bagdadi, quien, según fuentes de inteligencia iraquíes, ha dejado de aparecer en público desde que fuera herido en un ataque aéreo en Irak, cerca de la frontera con Siria.
El líder de EI sólo utiliza mensajes entregados en mano y evita los teléfonos celulares, fáciles de rastrear. Según la inteligencia norteamericana, actualmente está rodeado de un grupo de incondicionales, con los que estuvo preso durante diez años en una cárcel del ejército de Estados Unidos en el sur de Irak.
Como muchos líderes yihadistas de Irak, antes de unirse a Estado Islámico al-Hayali había sido miembro de la rama iraquí de Al Qaeda.Un vocero del Pentágono, el capitán Jeff Davis, dijo que al-Hayali era iraquí y había combatido contra las fuerzas norteamericanas que invadieron su país. Según Davis, fue detenido por las fuerzas norteamericanas en 2015 por sus conexiones con al-Qaeda en Irak.
“En aquel momento, admitió ser parte de Al Qaeda en Irak y que estaba involucrado en el tráfico de armas y el apoyo a actividades extremistas”, precisó Davis, que agregó que al-Hayali “probablemente fue un emir militar de EI en Bagdad y luego fue enlace entre el grupo AL Qaeda en la Península Arábiga y los líderes de EI”. Consultado sobre la naturaleza del ataque, Davis se limitó a decir que fue realizado por un aparato “con alas fijas”, pero no quiso precisar si se trataba de un drone o no.
Destruyen iglesia milenaria
EI destruyó ayer un monasterio de hace más de 1.500 años en Siria, cerca de una población donde los extremistas secuestraron a decenas de cristianos a principios de mes, dijeron activistas y un sacerdote cristiano.
En fotos subidas a las redes sociales, el grupo mostró a varias topadoras mientras arrasaban el monasterio de San Elian cerca de Qaryatain, una ciudad tomada por EI este mes.
Un sacerdote cristiano dijo que los milicianos destruyeron una iglesia dentro del monasterio que data del siglo V, que incluía una iglesia católica asiria.
Desde que tomó grandes extensiones de Siria e Irak, EI ha destruido iglesias, mezquitas y sitios arqueológicos. A principios de la semana, los milicianos en Palmira decapitaron públicamente al arqueólogo Khaled Asaad, de 81 años, que había dedicado su vida tanto al estudio como a la restauración de las célebres ruinas.