Fue una escena de película: el presidente de Ecuador Rafael Correa, internado en un hospital mientras el país se sacudía por el intento de golpe de Estado policial, fue rescatado por un grupo de operaciones especiales y logró recuperar el control del país y de la situación.
En el inicio de la rebelión, Correa se acercó al núcelo de los policías sublevados para negociar, pero fue recibido con gases lacrimógenos y golpes. El mandatario debió ser internado
en el Hospital de Policía por un principio de asfixia y un golpe en la cabeza. Pero, tras ser atendido, quedó sitiado en el centro de salud.
Al mediodía, el gobierno ecuatorianodecretó el "estado de excepción". Entonces, entre las miles de personas que habían salido a la calle en defensa del mandatario, muchos se dirigieron a la puerta del hospital, en un intento de "rescatar" a Correa. Allí chocaron contra los policías sublevados, que también habían rodeado el nosocomio: la represión policial dejó al menos un muerto y decenas de heridos.
Cuando cayó la noche, hubo un segundo intento de rescate del Grupo de Intervención y Rescate (GIR): se tirotearon con los sublevados y lograron ingresar al hospital por el área de emergencia. Pero adentro los esperaban más amotinados; uno de ellos desenfundó su pistola reglamentaria y disparó contra el grupo de élite, al grito de “de aquí solo me sacan muerto”.
Tras el enfrentamiento, los miembros del GIR se abrieron paso con escudos y lograron subir hasta donde se encontraba el Presidente. A puertas cerradas, le explicaron cómo saldrían del edificio. Los rescatistas tuvieron que negociar su salida con los policías sublevados que custodiaban ese piso desde la mañana, informó el diario ecuatoriano El Comercio . Luego, el Presiente bajó en silla de ruedas por las escaleras de emergencia junto a varios asambleístas y ministros de Estado. Pero al intentar salir, volvieron a recibir disparos de los policías
Finalmente, los miembros del GIR apagaron las luces de la entrada de emergencia y lograron salir. Subieron a Correa a un Jeep 4x4 gris con vidrios polarizados, y huyeron en medio del tiroteo. El vehículo se abría paso arrojando gases lacrimógenos y explosivos de baja intensidad, según El Comercio.
En medio del enfrentamiento, Froylán Jiménez, miembro del GIR, recibió un impacto de bala y cayó al piso. Fue atendido en el mismo hospital, donde intentaron salvarle la vida, pero el uniformado falleció.