La historia de "Fiocco" ("moño") o "Tequila", según el nombre que le daba cada una de sus dueñas a un precioso gato negro "bígamo", terminó en Génova ante los tribunales para pelear por la tenencia del mimado felino.
Puesto en custodia por el fiscal y dejado luego en libertad por otro tribunal, el minino en litigio, que hizo pelearse a dos vecinas, prosigue protagonizando una "novela" de alcance nacional en Italia que parece no haber concluido, según consignó ANSA.
El animal, de 4 años de edad, fue sus primeros dos años un fiel compañero doméstico de su primera dueña, pero poco a poco fue tomando confianza en la casa de otra vecina, al punto de quedarse a pasar muchas veces la noche allí.
Todo se desarrollaba tranquilo y la doble vida del bígamo también tenía dos identidades: Fiocco (Moño) para su dueña original y Tequila, para la otra. Pero los problemas comenzaron en Struppa, Valbisagno, en la periferia genovesa, cuando la última en llegar a la vida del "galán" se mudó del barrio con armas y bagajes y también con el minino a cuestas.
La dueña original puso el grito en el cielo y denunció a su exvecina ante los Carabineros por el hurto del gato.
Ahora la investigación quedó a cargo de la fiscalía local y el expediente confiado, como colmo de la paradoja, a un funcionario llamado: Emilio Gatti.