Annus horribilis. Cuando termine el 2012, el rey Juan Carlos de España podría pronunciar la célebre frase latina, porque está atravesando el peor año de su vida. La fractura de cadera que sufrió durante una cacería en Botsuana, las revelaciones sobre una amante que la prensa define como “la segunda reina”, la inesperada aparición de dos supuestos hijos bastardos (naturales), las revelaciones sobre su fortuna, un libro explosivo que le atribuye 1.500 relaciones sentimentales y las dudas que brotaron sobre algunos episodios históricos, provocaron un derrumbe del prestigio de la Corona.
A los 74 años, el monarca tuvo que humillarse y pedir perdón a los españoles por su “comportamiento inapropiado”. “Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”, afirmó.