Franz-Peter Tebartz-van Elst, el obispo alemán investigado por los onerosos gastos en la refacción de su Iglesia, viajó este domingo al Vaticano para dar explicaciones por el escándalo de sus gastos y opulencia.
El religioso, tildado "el obispo del lujo", dependerá ahora de la decisión del papa Francisco para continuar en su lugar en la iglesia de Limburgo, en el estado federado alemán de Hesse. Según el portavoz del Vaticano, Martin Wind, el obispo viajó al Vaticano con una agenda centrada en conversaciones sobre el caso.
Tebartz-van Elst quedó en el ojo de la tormenta después de que trascendiera que la construcción de su residencia obispal costó al menos 31 millones de euros. Su complicada situación judicial, sin embargo, va más allá: se busca determinar si mintió al negar haber volado en primera clase a la India el año pasado para visitar proyectos sociales.
"Estoy rezando por una cura para la megalomanía de nuestro obispo", aseguró uno de las 200 personas que se reunieron en la catedral de Limburgo en declaraciones citadas por el diario La Nación. "Estimo que entre un 90 y un 95 por ciento de los fieles en esta diócesis quieren la renuncia del obispo", reveló Joachim Schaefer, diácono católico de la vecina ciudad de Wetzlar.