Una huida “de película”. Así describió Antonio Ledezma, ex alcalde opositor de Caracas, su fuga de esa ciudad, donde estaba recluido desde hace 1.002 días en arresto domiciliario, y su llegada a Colombia, escala previa a su exilio en Europa. Aún no se sabe cómo uno de los hombres más vigilados por el gobierno de Nicolás Maduro se las arregló para burlar a las autoridades. Tampoco se conoce si contó con ayuda para atravesar migraciones en el Puente Internacional Simón Bolívar, en Villa del Rosario. Lo que sí se sabe es que logró ingresar a Colombia luego de que el gobierno de ese país informara sobre su paso por Migraciones.
“Fue una travesía ‘peliculesca’. Estamos hablando de pasar más de 29 puestos entre guardias nacionales y policías del gobierno. Pero Dios es muy grande”, afirmó a la prensa de ese país. El líder de Alianza Bravo Pueblo llegará hoy a España, según confió su esposa, Mitzy Capriles, que se encuentra en Madrid esperándolo.
“Esto lo consulté con mi conciencia. Espero que el pueblo me entienda, porque es hora de que comprendamos que con la conciencia de un pueblo no se juega, ni con los ideales”, afirmó en el Aeropuerto Internacional Camilo Daza, de la ciudad de Cúcuta, cerca de la frontera con Venezuela. “No hay que doblegarse ni perder el ánimo. Hay que mantener las banderas que simbolizan la dignidad de un pueblo que ha perdido la comida, el efectivo, que no tiene el dinero ni para una empanada”, agregó, en un mensaje dirigido a sus compatriotas.
El ex alcalde dialogó por teléfono con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, antes de embarcarse hacia Madrid. “Mi voz se une a la coral de voces de venezolanos que han pedido auxilio de Colombia”, afirmó.
Operativo. Ledezma se escapó en la madrugada del viernes de su casa. Horas después llegó a Colombia y la noticia provocó estupor en Caracas. Efectivos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) allanaron su domicilio, según denunció su familia. Los uniformados restringieron ayer el acceso al edificio a los vecinos, trabajadores y visitantes. Pero ya era tarde. Ledezma estaba muy lejos de allí.
El opositor anunció que viajará por todo el mundo para defender los derechos humanos de los venezolanos. “No debería haber un solo preso, eso es lo que hay que decirle a Maduro: libere a los presos políticos de inmediato si quiere usted un diálogo”, afirmó, al tiempo que pidió que “se hagan a un lado y permitan un gobierno de transición”. “Mientras paga 72 mil millones de dólares de la deuda la gente no tiene ni cómo comer”, disparó.
Ledezma dijo que le dejó “su bandera” a la coordinadora nacional de Vente Venezuela, María Corina Machado, una de las opositoras más duras al régimen bolivariano. “Sé que su vida corría peligro por la posición que asumió con firmeza y coherencia ante la pretensión de reeditar el falso diálogo”, escribió ella en Twitter, en alusión a la reanudación del proceso de negociación política entre el gobierno y algunos de los partidos opositores que conforman la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). “Yo estaba segura de que Antonio Ledezma no permitiría que lo hicieran rehén de la tiranía”, agregó, al insinuar que el chavismo utilizaba su figura para sentar en la mesa a la oposición.
Reacciones. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, se congratuló por la huida de Ledezma. “Mi saludo a Antonio Ledezma, referente moral de Venezuela, ahora libre para liderar la lucha desde el exilio para la instauración del sistema democrático en su país”, afirmó. En tanto, los ex presidentes Andrés Pastrana, de Colombia, y Jorge “Tuto” Quiroga, de Bolivia, también saludaron su fuga.
Por la noche, Maduro le deseó “felicidad” y le pidió a España que no lo devuelva. El episodio puso en entredicho su férreo control sobre las fuerzas de seguridad y la figura de “casa por cárcel”, que tenía Ledezma y a la que también está sometido Leopoldo López, líder de Voluntad Popular.
Murió por falta de remedios
Un venezolano recordado por haberle cantado en su niñez al papa Juan Pablo II murió por falta de medicinas para tratarse una insuficiencia renal, informaron ayer fuentes de su entorno.
Adrián Guacarán falleció la noche del jueves a los 44 años al no conseguir un medicamento que necesitaba para controlar la acumulación de líquidos por su enfermedad, dijo José Rivero, funcionario del Parlamento, donde el cantante trabajaba desde hacía una década.
Guacarán murió en un hospital público de Caracas. “Se nos fue buscando medicamentos que finalmente no se consiguieron”, comentó Rivero.
Guacarán publicó el pasado 6 de noviembre un último mensaje en Twitter pidiendo el fármaco que necesitaba.
“Saludos a todos. Yo, Adrián Guacarán, solicito con urgencia para mí aldactone de 100 miligramos (...). Dios les pague”, escribió difundiendo su número telefónico, una práctica habitual entre pacientes venezolanos. El intérprete le dedicó la canción El Peregrino a Juan Pablo II durante su visita a Venezuela en 1985. Se convirtió así en uno de los símbolos del paso del pontífice por el país caribeño.