Francisco visitó hoy en una clínica romana a su compatriota cardenal Jorge Mejía, de 90 años, quien sufrió el miércoles un infarto. La llegada del nuevo Papa sorprendió al personal y a los visitantes de la clínica Pío XI, que rompieron en aplausos.
Más tarde, durante un encuentro con más de un centenar de miembros del Colegio Cardenalicio en el palacio apostólico, Francisco recordó a su compatriota e informó a los purpurados sobre el estado de salud de Mejía: "Su estado es estable y nos manda saludos", dijo, según la Radio del Vaticano.
La visita papal al cardenal Mejía, archivista y bibliotecario emérito de la Santa Romana Iglesia, conocido por su erudición, recuerda aquella celebrada por Juan Pablo II hace 35 años, el día después de su elección en 1978, al cardenal polaco Andrzej Maria Deskur al hospital romano Gemelli.