La comisión parlamentaria que se prepara para votar mañana el informe sobre la destitución de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, cerró su primera sesión al amanecer de ayer tras 12 horas de acaloradas discusiones.
Esta comisión especial incluye a 65 diputados de todo el espectro político, pero también podían tomar la palabra diputados que no formaban parte de ella si se habían inscripto previamente.
Se apuntaron 116 diputados del total de 513, de los que 72 recomendaron el impeachment, según la prensa local.
Lista. Al final de la sesión, a las cuatro de la mañana de ayer, 61 diputados habían tomado la palabra, 40 de ellos a favor de la destitución de Rousseff, que defiende el responsable de la comisión, el diputado de derecha Jovair Arantes.
Otros veinte diputados se opusieron a la destitución de la jefa de Estado, a la que la oposición acusa de maquillar cuentas públicas, y denunciaron un “golpe de Estado institucional”. Un solo diputado se declaró “indeciso”.
“Lo que están haciendo es fabricar un hecho después de haber instalado la comisión, cuando debería ser al revés: se instala una comisión cuando hay pruebas, hechos concretos. Lo que hacen en Brasil es un golpe de Estado institucional”, declaró Jandira Feghali, diputada del Partido Comunista.
La comisión parlamentaria retomará los debates mañana. La votación sobre si se recomienda el impeachment está prevista a partir de las cinco de la tarde local.
El próximo viernes, los diputados comenzarán a debatir en pleno parlamentario si el procedimiento debe seguir hasta el Senado, que tendría entonces la última palabra sobre la destitución de la presidenta.
Cifras. La oposición necesita dos tercios de los votos (342 de 513) de la Asamblea para que el procedimiento continúe. De lo contrario, el procedimiento será enterrado automáticamente.
De momento, ninguno de los dos bandos tiene garantizado lograr un número de votos suficiente, pues unos 120 diputados se muestran aún indecisos o se niegan a revelar sus intenciones.
El diario O Estado de São Paulo lleva adelante un registro diario de los diputados que declararon su intención de voto abiertamente. Hasta ayer, la cifra era de 286 a favor, 62 indecisos, 114 en contra y 51 que no quisieron responder.
“No le gusta el Congreso”. El relator de la Comisión, el diputado Arantes, criticó ayer a Rousseff, acusándola de sentirse “por encima de la ley”.
“Ella demostró que se siente por encima de la ley, ella y todo su equipo se presentaron así ante la sociedad. No demostraron pudor ni miedo, y continuaron con sus manejos fiscales”, dijo Arantes, que pertenece al Partido Trabalhista Brasileiro (PTB).
El diputado sostuvo que, más allá de tener una responsabilidad personal en los delitos fiscales de los que se la acusa, Dilma “comandó un equipo y tiene que responder por eso. La presidenta comanda un país”.