La prensa lo colocó en el club de los grandes divulgadores de secretos del poder, junto a Edward Snowden, el “topo” de la NSA, y al fundador de WikiLeaks, Julian Assange. Hervé Falciani es el ingeniero informático que sacó del banco privado HSBC en Suiza la mayor lista de evasores fiscales de la historia.
Experto en sistemas, de cejas pronunciadas y con 43 años, trabajó durante una década en HSBC hasta 2008, cuando escapó con un archivo que incluía miles de cuentas cifradas en las que había montos descomunales de dinero en negro.
Entre los dueños figuraban celebridades (David Bowie, Tina Turner), grandes empresarios (como Emilio Botín, el fallecido dueño del Banco Santander) y líderes políticos (como el rey de Marruecos, Mohammed VI). Desde que entregó ese registro a las autoridades fiscales de Francia y de España vive custodiado sin revelar jamás su paradero. Skype es su medio favorito para comunicarse. Suele crear un usuario antes de cada llamada para no dejar rastros.
En 2012 cayó preso en Barcelona por una denuncia radicada en Suiza por violación de secreto bancario, pero salió cinco meses después. Acordó colaborar con los gobiernos de Francia y España a cambio de protección.
De nacionalidad francesa e italiana, el cerebro de SwissLeaks, mantiene vínculos estrechos con los movimientos de “indignados” surgidos en España en 2011. Incluso fue candidato a eurodiputado por el Partido X en mayo pasado, pero no entró. Falciani trabajará a partir de ahora como asesor de Podemos, el partido antisistema que se afianza cada vez más como serio aspirante a ganar a fin de año las elecciones presidenciales de España. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, le encargó un informe sobre fraude fiscal con la intención de usarlo como base de la política anticorrupción que propondrá el partido en su plataforma electoral. Falciani tiene una cara para cada versión de su historia: un ladrón o un hacker, un espía o un chantajista.
