Se conocieron durante una fiesta de Halloween en el Centro Médico Infantil de Dallas y se volvieron una dupla inseparable. Jayla Cooper, de 9 años, y José Griggs, de 7, no pasan por un buen momento de salud, pero aun así, nunca dejan de sonreír. Ni de soñar. Por eso, cuando hace unas semanas los médicos dieron un implacable pronóstico a los padres de la niña, ella pidió cumplir con su anhelo de vestirse de blanco, pasar por el altar y “casarse” con él, su amigo y compañero en la batalla contra la leucemia. Y ellos no se pudieron negar.
La ceremonia, finalmente, se celebró el domingo pasado a través de la fundación Make-A-Wish –una ONG que se dedica a cumplir sueños de niños que sufren enfermedades graves– en Great Wolf Lodge, un parque turístico ubicado en Grapevine, Texas. De la misma participaron un total de 150 invitados que se emocionaron y celebraron el precoz enlace que no tiene validez legal ni religiosa, pero sí un gran valor simbólico.
Historia de amor. “Me va a poner un anillo. El es muy guapo y lo amo”, contó Jayla con entusiasmo y repleta de felicidad, poco antes de entrar del brazo de su padre para dar el sí ante el improvisado altar con flores que armaron para la ocasión. Y, como toda novia que se precie de tal, vistió íntegramente de blanco, con un top y una pollera con volados y una vincha con coronita. El derrochó simpatía en un pantalón gris, una camisa blanca, un chaleco y zapatos, y esperó pacientemente a que su amiga llegara hasta él al ritmo de la marcha nupcial.
“No esperábamos tener que hacer esto cuando tuviera apenas 9 años, pero ella nos ha dicho que tenemos que amarnos y ser fuertes”, comentó entre lágrimas Lisa, la mamá de la pequeña novia. Y es que, de acuerdo con los médicos que la atienden en el Centro de Cáncer y Desórdenes de la Sangre del Centro Médico Infantil de Dallas, la niña está a punto de sucumbir en su batalla contra la leucemia, y podría morir en las próximas semanas.
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