El Vaticano calificó el viernes de "manifiestamente infundada" las acusaciones proferidas por grupos católicos disidentes en una carta abierta al Papa según la cual la prohibición por la Iglesia Católica de los anticonceptivos habría contribuido a la difusión del SIDA.
El portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, contestó en una "nota" a la carta abierta difundida el viernes por grupos católicos disidentes con motivo del 40 aniversario de la encíclica Humanae Vitae, que prohíbe a los católicos el uso de anticonceptivos.
El padre Lombardi estimó que "la acusación según la cual la postura católica es la causa de la difusión del sida y por lo tanto de dolor y muerte (...) es manifiestamente infundada".
Según Lombardi, la "difusión del sida es totalmente independiente de la confesión religiosa de las poblaciones y de la influencia de las jerarquías eclesiásticas, y las políticas que buscan combatir el SIDA basadas principalmente en la difusión del preservativo fracasan ampliamente".
El portavoz destaca además que los grupos que firman la carta "son bastante poco representativos" de la Iglesia Católica y los acusa de no hablar de amor, el tema principal de la encíclica, "que parece no interesarles para nada".
"Es evidente que no se trata de un artículo que expresa una postura teológica moral sino de una propaganda pagada a favor del uso de anticonceptivos", añade Lombardi. "También cabe preguntarse quién la ha pagado y por qué", concluye el texto.
Unas 60 organizaciones católicas disidentes denunciaron el viernes en una carta abierta dirigida al papa Benedicto XVI los "efectos catastróficos" de la prohibición de la contracepción en los pobres y los más débiles.
En el documento, publicado por el Corriere della Sera, estas organizaciones de varios países europeos, estadounidenses y latinoamericanos reclaman el derecho de los católicos "a planificar su vida familiar de manera segura y con buena conciencia".
El papa Pablo VI firmó el 25 de julio de 1968 la encíclica Humanae Vitae, que fundamenta la prohibición de la anticoncepción por la Iglesia católica. El Corriere della Sera define este texto, que tiene valor de ley para la Iglesia católica, como una toma de posición contra "la anticoncepción por medios artificiales, el hedonismo y las políticas de planificación familiar".
En su momento, el documento "provocó una oposición sin precedentes en el seno de la Iglesia católica", reconoció el viernes el Osservatore Romano, el periódico del Vaticano. El cardenal estadounidense Francis J. Stafford recordó en ese mismo diario que la encíclica provocó "una desgarradora disensión doctrinal" entre "algunos curas y teólogos estadounidenses".
Según el Osservatore Romano, el texto "llamado en broma 'la encíclica de la píldora'" aparece, con el tiempo, "lúcido y premonitorio" frente a los "desarrollos inquietantes de la ingeniería genética". Pero los firmantes de la carta abierta estiman, al contrario, que la política promovida por la encíclica "pone en peligro la vida de las mujeres y expone a millones de personas a contraer el virus del sida".
Los efectos de esta prohibición han sido particularmente "devastadores en el sur del mundo, donde la jerarquía católica ejerce una influencia considerable sobre las políticas de planificación familiar", subrayaron las organizaciones. El papa Benedicto XVI reafirmó el pasado 10 de mayo la validez de la encíclica Humanae Vitae para la Iglesia actual.
Fuente: AFP