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La Paz
La autopsia al cadáver de Rodolfo Illanes, el viceministro boliviano del Interior asesinado el jueves por un grupo de mineros enfrentados con el gobierno de Evo Morales, concluyó que el funcionario habría sido torturado y golpeado por sus captores durante seis o siete horas antes de morir. Así lo informó ayer el Fiscal General de Bolivia, Ramiro Guerrero, quien además reveló que Illanes sufrió un “severo traumatismo craneal y la fractura de varias costillas y del tabique nasal” y que lo que acabó con su vida fue un piedrazo en la cabeza.
Las precisiones ofrecidas por Guerrero coincidieron con las declaraciones del fiscal de La Paz, Edwin Blanco, quien indicó que el viceministro murió por derrame cerebral y traumatismo torácico y que “su cuerpo sufrió una flagelación”. El examen científico del cadáver evidenció además lesiones en los centros nerviosos superiores, una lesión vascular, hemorragia subdural, subaracnoidea, edema cerebral y politraumatismo facial, genital y de extremidades.
Las autoridades intentaban ayer reconstruir la sucesión de hechos que llevaron al brutal asesinato de Illanes. En la mañana del jueves, el funcionario se presentó en Panduro, a unos doscientos kilómetros de La Paz, para entablar negociaciones con los mineros cooperativistas que cortaban la ruta para exigir una serie de concesiones al gobierno (ver aparte). El clima estaba espeso desde el miércoles, cuando dos mineros habían muerto por balas de plomo en choques con la policía.
Diálogo frustrado. Pasado el mediodía, Illanes habló por radio desde el cerro y aseguró: “No he recibido ningún maltrato. Estoy en calidad de retenido por los compañeros. Estoy muy bien de salud, que se tranquilice mi familia”. Se suponía que el diálogo comenzaría a las 16. Sin embargo, cerca de las 14, otra vez comenzaron los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Pronto empezó a correr el rumor de que un tercer minero había caído muerto por disparos policiales.
A esa altura ya estaba claro que el viceministro corría peligro: los dirigentes mineros advirtieron en la radio local que, si se confirmaba el tercer muerto, Illanes sería asesinado en represalia. A las 17, los cooperativistas anunciaron el nombre de la nueva víctima: Rubén Aparaya Pillco, de 26 años. Un par de horas más tarde se supo que Illanes estaba muerto.
Su cadáver fue hallado cerca de la una de la madrugada al costado de la ruta, envuelto en una frazada. Había sido arrastrado varios kilómetros. Según la Fiscalía, su muerte se produjo cerca de las 18 horas del jueves, “por lo que se presume que padeció torturas durante seis a siete horas”.