En tono fatalista, Merkel advierte sobre la "caída de Europa"

Europa vive su "peor momento" desde la Segunda Guerra Mundial, dijo la jefa del Gobierno alemán, Angela Merkel, en un discurso pronunciado este lunes en Leipzig ante un millar de militantes reunidos en el congreso de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU).

"Cada generación tiene su desafío político", dijo la Canciller, quien recordó que la generación del canciller de la posguerra Konrad Adenauer (1949-63) construyó Europa y la de Helmut Kohl (1982-98), la unidad alemana y europea.

"Europa vive una de los peores momentos desde la Segunda Guerra Mundial, quizá su peor momento", insistió Merkel en el congreso de la CDU reunido hasta el martes próximo en el este de Alemania.

La generación actual se enfrenta a una "prueba histórica" con esta crisis financiera, prosiguió Merkel en un discurso consagrado en buena parte a Europa. Merkel, que juega un papel clave en la gestión de la crisis en la zona euro, insistió en el hecho que ha "llegado la hora de una nuevo paso hacia una nueva Europa".

"Si el euro cae, es Europa la que va a caer", advirtió Merkel.

"La zona euro es mucho más que una moneda, es el símbolo de medio siglo de paz, libertad y bienestar social", subrayó la dirigente de la UCD desde hace once años y jefa del gobierno alemán desde 2005, antes de recordar que "si Europa va mal, Alemania va mal". "Necesitamos a Europa para que Alemania vaya bien", dijo en referencia a la importancia de la Unión Europea para su comercio exterior ya que el 60% de las exportaciones alemanas se quedan en los 27 países miembros de la UE.

Paz en la tormenta italiana. Europa debe también gran parte de su actual crisis a la economía doméstica de Italia. A raíz de esto, gran expectativa generó la renuncia de Silvio Berlusconi y la posterior asunción de su reemplazo. El primer ministro designado, Mario Monti, inició hoy las negociaciones para formar un nuevo gobierno de tecnócratas apolíticos encargados de apuntalar la maltrecha economía, calmar a los mercados y ayudar a evitar la desintegración del euro.

Italia fue el último país europeo a la fecha en caer en una crisis política provocada por el problema de la deuda, tras los desvaríos de Grecia que también precipitaron una caída del gobierno la semana pasada.