INTERNACIONAL
diecinueve muertos en afganistan

Estados Unidos bombardeó un hospital de Médicos Sin Fronteras

Destruido. El hospital fue atacado con el argumento de que en él se escondían talibanes.
| AFP
Agencias
Kabul
La Fuerza Aérea de los Estados Unidos bombardeó ayer un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) en la ciudad afgana de Kunduz porque, según la versión del gobierno afgano, allí se ocultaba un grupo de talibanes. El ataque provocó la muerte de doce trabajadores de la ONG y de siete pacientes, entre ellos tres niños. También se reportó la baja de una decena de presuntos terroristas.
“Fue terrible ver la pérdida de vidas de médicos de MSF, pero lamentablemente los terroristas decidieron ocultarse en el hospital”, afirmó el vocero del Ministerio del Interior afgano, Seddiq Seddiqi, en una rueda de prensa en Kabul.
El hospital, el único con servicios de traumatología y cirugía en toda la región y en el que trabajaban ochenta miembros de MSF, atendía a un centenar de pacientes en el momento del bombardeo, que dejó “parcialmente destruido” el recinto, según la ONG.
Las imágenes difundidas tras el ataque mostraban parte del austero centro sanitario de planta baja calcinado por las llamas, mientras los sobrevivientes se amontonaban en las zonas que no habían sido dañadas. “El bombardeo continuó durante más de 30 minutos después de que las autoridades militares estadounidenses y afganas fueran informadas en Kabul y Washington”, denunció MSF, que aclaró que todas las partes en conflicto conocían sus coordenadas exactas.
El bombardeo se produjo en el marco de la toma de Kunduz el pasado lunes por los talibanes, la victoria más importante de los insurgentes desde que fueron expulsados del poder en 2001, y la posterior reconquista el jueves de la ciudad por parte de las tropas afganas, con apoyo aéreo estadounidense.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó el ataque y pidió una “investigación imparcial” de los hechos. Ban expresó su “firme condena” al bombardeo, sin especificar responsabilidades. “El secretario general recuerda que los hospitales y el personal médico están protegidos explícitamente por las leyes humanitarias”, indicó la declaración emitida por su oficina de prensa. La nota hizo un llamamiento para “una investigación imparcial y rigurosa” del ataque a fin de garantizar que los responsables rindan cuentas por los hechos.
En efecto, el Pentágono anunció que las autoridades estadounidenses harán una “investigación completa” para aclarar lo ocurrido. Un vocero militar estadounidense en Afganistán confirmó que se había realizado un ataque en Kunduz a la misma hora en la que MSF informó del bombardeo, y aseguró que pudo haber “daños colaterales”.