INTERNACIONAL
ritos solemnes

Estará presente en todas las liturgias de la Semana Santa

2023_04_02_coliseo_viacrucis_cedoc_g
Coliseo. Allí se desarrolla el viacrucis. Se espera saber a quién encargará las Meditaciones. | cedoc

El rápido regreso de Francisco al Vaticano, y su disposición a asistir –y por tanto, de hecho, a presidir– todos los ritos de la Semana Santa, descarta todos los escenarios que, ante las incógnitas sobre la salud del Pontífice y el tiempo de hospitalización en el Gemelli, se habían disparado con la posibilidad de una semana de Pascua, la más solemne del año litúrgico, “sin el Papa”.

Aunque esté presente en la Basílica, en la Plaza San Pedro o en los demás lugares dedicados a la Pasión y Resurrección, mientras presida las liturgias, Francisco siempre estará flanqueado por un cardenal que oficiará los ritos en el altar.

Eso mismo ya ocurre desde hace muchos meses, ya que la agudización del dolor en la rodilla derecha le impide moverse con facilidad, estar de pie durante mucho tiempo, obligándolo en ocasiones incluso a trasladarse con una silla de ruedas.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Será el caso, por ejemplo, de la Misa de Ramos del próximo domingo en la Plaza San Pedro, en la que el cardenal argentino Leonardo Sandri, vicedecano del Colegio Cardenalicio, celebrará en el altar, o el de la misa matutina de Pascua, en la que el cardenal decano Giovanni Battista Re llevará a cabo la misma tarea.

Menos claro, entre las circunstancias que aún se mantienen en secreto, es cómo se llevará a cabo en el Coliseo el tradicional rito del viacrucis, una cita clásica y evocadora del Viernes Santo en visión mundial. Y no tanto por el cardenal que guiará el itinerario de la cruz por las 14 estaciones del Anfiteatro Flavio, ya que debería ser el vicario de Roma, Angelo De Donatis, ya sobre el terreno en años anteriores, al igual que sus predecesores, siendo el ritual de particular pertinencia de la Diócesis de la Capital. Pero sobre todo, las dudas se plantean en relación con las Meditaciones, sobre las que todavía no se ha comunicado si el Papa las ha confiado y a quién.

El “misterio” podría durar hasta el final, y por el momento hay varias incertidumbres, salvo una cosa: que a más de 13 meses del estallido de la guerra en Ucrania, los temas de la “guerra mundial en pedazos”, del sufrimiento de los pueblos involucrados, las amenazas a la humanidad estarán en el centro del rito con el que se reconstruye y conmemora el doloroso camino de Jesucristo hacia la crucifixión en el Gólgota.

Entre otras cosas, el año pasado este mismo rito estuvo en el centro de una especie de “incidente diplomático”, debido a la decisión del Papa de que una ucraniana y una rusa llevaran la cruz juntas en una estación. La elección no fue en absoluto comprendida, especialmente en el lado ucraniano, que la definió como “inoportuno” incluso por hombres de la Iglesia, por el hecho de poner a los agresores y agredidos al mismo nivel: algo que, sobre todo por parte de los que habían estado viviendo bajo los bombardeos durante meses, no fue visto como un gesto simbólico de reconciliación y paz entre dos pueblos enfrentados por la historia.