La mayoría de los trabajadores de los transportes públicos franceses decidió hoy finalizar la huelga que durante nueve días alteró significativamente el funcionamiento de los ferrocarriles y de la red urbana de colectivos de París.
Unas 40 asambleas de trabajadores resolvieron levantar el paro este fin de semana y de esta manera se unieron a otras 50 reuniones que lo habían decidido ayer. Los empleados se manifestaban con el paro en contra de una reforma de los regímenes especiales de jubilación
Así, para el fin de semana se espera una mejora en el tránsito y la normalización de los servicios, un día después del inicio de unas negociaciones que allanaron el camino para una reincorporación al trabajo.
Como numerosas asambleas generales de los empleados ferroviarios votaron a favor de la vuelta al trabajo, el tráfico de los trenes de alta velocidad (TGV) entre París y las diversas provincias francesas se normalizará a partir del mañana en forma escalonada hasta alcanzar su normalidad, según la dirección de la estatal compañía ferroviaria (SNCF).
La red internacional, que se dirige hacia Gran Bretaña, Bélgica, Alemania y Suiza, también debería funcionar normalmente.
Por su parte, la dirección de los transportes urbanos de París (RATP) dijo que el servicio registraría una "clara mejoría" mañana, en particular en las líneas suburbanas que habían sufrido graves trastornos.
El cambio de actitud de los trabajadores empezó a plasmarse ayer después de que las empresas de transporte, el gobierno francés y los sindicatos iniciaron las negociaciones.
Este cambio se reflejó hoy en un mejor funcionamiento de los servicios que, según las empresas, alcanzó el 70 por ciento de cumplimiento en los trenes, el 75 por ciento en los autobuses y entre el 33 y el 50 por ciento en el subterráneo.
No obstante, continuaban las interrupciones en el tráfico ferroviario de larga distancia y uno de cada tres trenes de alta velocidad y la misma cantidad de regionales no circularon, mientras que los trenes que comunican Francia con el exterior no se vieron afectados.
El primer ministro francés Francois Fillon celebró la "actitud responsable" de los sindicatos que aceptaron negociar, y llamó al "restablecimiento completo y sin tardar" de los transportes.
Entre las propuestas abordadas durante las conversaciones, figuran aumentos salariales o la creación de sistemas de jubilación complementaria, que permita compensar la prolongación del tiempo de cotizaciones que, según la reforma, pasaría de 37,5 a 40 años.
De todas maneras sigue pendiente la posición de algunos sindicatos que reclaman la total derogación de la reforma de los regímenes especiales de pensiones, una opción rechazada por el presidente francés Nicolas Sarkozy.
Enfrentadas a núcleos de militantes dispuestos a proseguir el movimiento, las direcciones sindicales no llamaron a poner fin al movimiento, sino a suspenderlo mientras se celebran las negociaciones, que aún podrían durar un mes.
La protesta de los trabajadores, que provocó un caos en París y en las principales ciudades francesas, comenzó el 13 de noviembre como reacción ante medidas de ajuste laboral anunciadas por el gobierno del presidente Nicolas Sarkozy.
Los ferroviarios reclamaron contra la eliminación de su régimen especial de jubilación, que abarca a medio millón de empelados públicos y permite pasar a retiro con 37,5 años de servicio y con remuneraciones superiores a la media nacional.
En su pugna con los sindicatos del transporte, Sarkozy cuenta con el apoyo de la opinión pública (un 68% de los franceses considera que la huelga está injustificada), según un reciente sondeo.
Pero al mismo tiempo, y siempre según los sondeos, la popularidad del jefe del Estado va en caída libre por un descontento generalizado provocado, entre otras causas, por una pérdida de poder adquisitivo.
El martes, Sarkozy prometió responder a esta demanda con "nuevas iniciativas" a corto plazo.
Las ocho federaciones sindicales de funcionarios, que el martes se echaron a las calles en manifestaciones que reunieron a entre 350.000 y 700.000 personas, según las diversas fuentes, amenazaron ayer con una nueva huelga para comienzos de diciembre si el gobierno no satisface sus demandas de aumentos salariales.
Fuente: AFP y Télam