París – Los legisladores franceses dieron hoy el visto bueno al polémico proyecto de ley de “control de la inmigración”, que impone nuevas restricciones a la reagrupación familiar en el país y permite el polémico uso de test de ADN para los familiares de inmigrantes.
El proyecto de ley definitivo, que fue consensuado por una comisión paritaria de ambas cámaras del Parlamento, fue adoptado por 282 votos a favor (del partido conservador UMP y su aliado Nuevo centro) y 235 en contra (de la oposición de izquierda y algunos grupos conservadores y de centro). Los senadores lo aprobaron por 185 votos a favor y 136 en contra
Se trata de “una nueva legislación para inmigrantes, que les permite demostrar su parentesco”, dijo el ministro francés de Inmigración, Brice Hortefeux.
Esta prueba es sólo una parte del proyecto de ley, que en primera instancia obliga a los futuros inmigrantes a superar un examen de idioma. Con la obtención de datos genéticos fidedignos se pretende evitar estafas en la política de reagrupación familiar, ya que según sus defensores en algunos países africanos se falsifica entre el 30 y el 80 por ciento de los documentos.
El recurso de los test de ADN concitó el rotundo rechazo de la oposición de izquierda, asociaciones de derechos humanos, iglesias, científicos y varios líderes africanos, e incluso granjeó numerosas críticas de miembros de la mayoría conservadora y de varios integrantes del Gobierno.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se propone con la nueva medida reducir la entrada de familiares de inmigrantes –en 2006, Francia aprobó 23 mil solicitudes de reagrupación familiar– y aumentar el número de trabajadores extranjeros altamente cualificados. La demanda de estos empleados es especialmente elevada en los sectores de hotelería y construcción, y Sarkozy quiere incrementar su porcentaje de 7 por ciento actual a un 50 por ciento.
En tanto, los detractores de las pruebas de ADN critican que con ellas, los lazos familiares se reducen al parentesco sanguíneo, mientras muchos ven en la norma una flagrante contradicción con la ley de bioética, que sólo permite los test de ADN “con fines médicos o de investigación”.
Sin embargo, el Consejo Constitucional impuso algunas condiciones: que los test sean introducidos, a modo de prueba hasta 2009, y después analizados por una comisión independiente; que sea un juez quien los autorice y que sólo se sometan a ellos las madres, para evitar que se destapen informaciones comprometidas sobre la paternidad.
Los costes de la iniciativa, que ascenderán a unos 250 euros (356 dólares) por persona, serán asumidos por el Estado. Es que Sarkozy hizo de la lucha contra la inmigración ilegal uno de los temas centrales de su campaña electoral y con ello consiguió atraer muchos votos de los simpatizantes del ultraderechista Jean-Marie Le Pen.
En Francia, uno de cada tres ciudadanos es de origen extranjero, entre ellos Sarkozy, hijo de un emigrante húngaro. En tanto, un sondeo publicado hoy por el diario Le Parisien indica que el 49 por ciento de los franceses es favorable a los test, mientras un 43 por ciento los considera “contrarios a los valores de la sociedad francesa”.
El recurso a los exámenes genéticos va a instaurar "prácticas inútiles e hirientes por simples razones de política de inmigración", había estimado este martes el ex presidente del Consejo Constitucional y autor de la ley que abolió la pena de muerte en Francia, el socialista Robert Badinter.
Fuente: AFP y Télam