Según todas las encuestas, la campaña electoral que termina mañana pondrá al socialista François Hollande y el presidente Nicolás Sarkozy en segunda vuelta.No hay sorpresas, y tampoco hubo contenido. Ha sido una competencia tan pobre de argumento que dos líderes históricos tuvieron que retomar el centro de la escena. Uno conservador y otro socialista, compiten por influencia en la campaña presidencial francesa. A la izquierda se sitúa François Mitterrand, el único presidente socialista en los 54 años de historia de la V República. Y a la derecha, el héroe de la II Guerra Mundial y ex presidente Charles de Gaulle. Sus legados están siendo continuamente evocados por el presidente, Sarkozy, y el candidato a relevarlo en el Elíseo, Hollande, con el fin de conjurar algo de su grandeza en las elecciones de mañana.
Hollande declaró en su mitin inaugural en París que el 10 de mayo de 1981, fecha de la victoria de Mitterrand sobre el conservador Valéry Giscard d’Estaing, permanecerá por siempre anclada en su memoria. “Sé lo que representó para todos aquéllos que habían esperado décadas, tantísimo tiempo, para aquel momento”, añadió. “¡Mitterrand ha vuelto!”, declaró la periodista Christine Ockrent tras el primer mitin de Hollande.
A partir de ahí, las similitudes se diluyen en el terreno de la política. Según Hollande, su prioridad será estabilizar las finanzas públicas aumentando los impuestos y manteniendo a raya el aumento del gasto público en un uno por ciento. Sólo entonces lanzará un programa de inversiones de envergadura, aseguró. Mitterrand, por el contrario, en sus primeros años como presidente nacionalizó varias empresas, aumentó un diez por ciento el salario mínimo, recortó la jornada laboral a 39 horas y aumentó las prestaciones sociales.
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