INTERNACIONAL
en caserta, cerca de napoles

Francisco volvió a criticar a la mafia en su propio territorio

Multitud. La gente apoyó las críticas del Pontífice a las mafias.
| ANSA

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Roma

Francisco renovó ayer su embestida contra las mafias italianas y, en un viaje a la empobrecida región de Caserta, en la que la Camorra napolitana ejerce un poder silencioso y feroz, invitó a la gente a “no dejarse robar la esperanza” y a “decir no a toda forma de corrupción y de ilegalidad”. A fines de junio, el Papa ya había advertido en Calabria que quienes integran la N’drangheta, la poderosa mafia local, estaban “excomulgados” de la Iglesia Católica.

“Es necesario anteponer la perla preciosa del Reino a todo otro bien terreno; es necesario poner a Dios en el primer lugar en nuestra vida, preferirlo a todo”, proclamó Francisco en la homilía que presidió ante más de 200 mil personas en la plaza principal de Caserta.

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Caserta, golpeada por una grave crisis social y económica, es un territorio conocido también como “tierra de los fuegos”, por la existencia de inmensos basureros ilegales al aire libre, explotados por la Camorra, en los que se queman los deshechos con un grave efecto de contaminación.
Quien se hace amigo de Dios, dijo Francisco, “ama a los hermanos, se compromete a salvaguardar su vida y su salud, también respetando el ambiente y la naturaleza. Esto es particularmente importante en esta hermosa tierra, que exige ser cuidada y preservada, exige tener el coraje de decir no a toda forma de corrupción e ilegalidad”.

El Papa retomó otro tema recurrente en sus mensajes, el de los inmigrantes. “Que la alegría de la presencia en la vida de Jesús nos abra a las exigencias de los hermanos, a recibir cualquier otra presencia, incluso la del extranjero”, afirmó, y pidió a los presentes: “Tengan esperanza. No se dejen robar la esperanza”.

Otro gesto. Antes de presidir la multitudinaria misa, Francisco había mantenido un “diálogo abierto” con más de cien sacerdotes de la diócesis local, ante quienes respondió, fuera de todo programa, algunas preguntas.

En particular, dijo uno de los asistentes, el Papa les pidió prestar atención a dos características que a su juicio debe tener hoy un sacerdote de cualquier parroquia: “Creatividad y cercanía; estar cerca de la gente, del territorio, ser una dimensión de diálogo sin perder la propia identidad. Pero tampoco se puede descartar a priori lo que dicen y piensan los otros”.