INTERNACIONAL
Fiebre por el sonido del Partido de Dios

Hezbollá se convirtió en una discográfica

El grupo fundamentalista patrocina bandas integradas por músicos profesionales que se inspiran en Tchaikovsky. Tras la guerra contra Israel las ventas de discos aumentaron un 50 por ciento. Galería de fotos

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Los ttulos de las canciones de la milicia chita son: Estados Unidos es un chupa sangre o Msica de los mrtires. | AFP
Como toda guerrilla que se precie de tal, Hezbollah no iba a quedarse atrás y grabó sus propias canciones para arengar a sus seguidores en el Líbano. Y aprovechando la ola nacionalista que dejó la guerra con Israel, a mediados de este año, las disquerías de Beirut duplicaron las ventas de los álbumes que reproducen los mejores temas de la milicia chiíta.

Desde la creación oficial del Partido de Dios, en 1985, Hezbollah siempre grabó sus canciones que instaban al combate y a la reivindicación de los valores que consideraban convenientes para su causa. Pero la resistencia a la ofensiva israelí –que dejó 1.200 muertos de su población civil– disparó las ventas y lanzó a sus intérpretes al circuito internacional.

“Vendemos un cincuenta por ciento más de cantos de Hezbollah desde el fin de la guerra” el pasado 14 de agosto, festejó Abu Jaafar, el dueño de una distribuidora de discos del partido libanés, desde su estudio en las afueras del sur de Beirut, bastión del movimiento chiíta.

“Sacamos más de diez títulos desde el fin de la guerra, contra sólo cinco que editamos entre enero y julio de este año”, destacó el empresario, quien afirmó que vende medio millón de cassettes del Hezbollah por año, aunque se cuida de evocar sus ganancias, al tiempo que maldice las copias piratas.

Las banditas de Hezbollah. Para los músicos, los ritmos marciales y los cantos de resistencia, acompañados de percusión y sintetizadores, constituyen la nueva arma del Hezbolá y del Islam.

De hecho, uno de los títulos de las canciones –“Promesa mantenida”– se trata en realidad del nombre de la campaña de Hezbollah contra Israel en julio y agosto de este año. Sin embargo, el resto de los temas de las canciones son igualmente “Líbano sobrevivirá”, “Estados Unidos es un chupa sangre” o, simplemente, “Música de los mártires”.

Ali Kazan, uno de los integrantes del grupo Al Wilaya –portavoz oficial de las canciones de Hezbollah–, “la resistencia no se reduce a las armas sino que también se trata de palabras y cantos. Nosotros hacemos pasar un mensaje a través del arte”.

El grupo de música, que se formó en 1988, acaba de realizar su primera gira al exterior: visitó Kuwait y Bahrein: “La gente nos veía como la encarnación (del jefe del Hezbolá, Hassan) Nasrallah”, describió el cantante con orgullo.

Guerra y canción. De hecho, los combatientes del Hezbollah que volvían del frente –le describieron al integrante de la banda– cómo cantaban las canciones de Al Wilaya mientras luchaban contra las tropas israelíes, señala orgulloso. “Se trata de una motivación espiritual para los combatientes”, agregó el músico y militante.

El caso es que la mayor parte de los músicos que componen estas canciones egresó del Conservatorio de Música de Beirut y, según el apoderado del grupo, Hassan Ghamlouch, muchas de las canciones prohezbollah están inspiradas en la obra del compositor ruso Tchaikovsky.

Kazan dice que no le molesta que las estrellas del país se dejen llevar por la ola patriótica, como hace en su último título Julia Butros (una cristiana), cuyo videoclip la muestra caminando entre las ruinas del sur del Líbano, mientras surgen victoriosos y triunfales los combatientes del Partido de Dios.

“La competencia no nos molesta cuando defiende la misma causa. Una parte de la población puede preferir a Julia y no lo que hacemos”, comentó el artista. En su opinión, los medios occidentales se esfuerzan por deformar la imagen de Hezbolah: “Nos presentan como ignorantes retrasados, pero somos cultos. Nos gustan la música y el arte. Nosotros no vivimos sólo para el martirio y la muerte. Nosotros queremos vivir con orgullo y dignidad”.