AGENCIAS
Una escalada de violencia se desencadenó luego de la muerte de un bebé palestino, que se produjo a partir de que dos presuntos extremistas israelíes prendieron fuego ayer su casa de Cisjordania. Sus padres y su hermano de cuatro años corren riesgo de muerte por las graves quemaduras que sufrieron en su cuerpo, luego del ataque que fue calificado de “terrorista” por el gobierno de Israel y que según diversos analistas pone el foco sobre la creciente anarquía de extremistas colonos judíos que las autoridades no están pudiendo contener.
El calificativo de “terrorista” por parte del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, es inusual en estos casos. Sin embargo, no logró convencer a los palestinos, quienes responsabilizan al gobierno de la muerte del bebé, por las “décadas de impunidad ante el terrorismo de los colonos”.
Ahora el grupo islamista Hamas advirtió que los israelíes son blanco legítimo de su resistencia tras la muerte del niño, que ya provocó que cientos de palestinos se manifestaran en Jerusalén, Cirsjordania y Hebrón, donde hubo más episodios violentos. Otro grupo desfiló por la aldea de Duma durante el funeral del bebé Ali Dawabcheh, de año y medio, envuelto en una bandera palestina.
Modus operandi. Los ataques de los colonos suelen tener lugar después de agresiones por parte de palestinos o en respuesta a la evacuación israelí de algún enclave ilegal.
Según las versiones de los responsables de seguridad israelíes y palestinos, los colonos habrían lanzaron cócteles molotov a dos casas de Duma, cerca de Nablus, en el norte de Cisjordania, a través de las ventanas, que estaban abiertas debido a las altas temperaturas. Antes de huir, dibujaron una estrella de David en los muros y escribieron “el precio a pagar” y “venganza”.
Es que todo se inició dos días después de la demolición por parte de las fuerzas israelíes de dos casas en construcción de un asentamiento cercano a Ramala. Desde hace años, activistas de extrema derecha israelí o colonos cometen agresiones o actos vandálicos en Israel y en los territorios palestinos. Sus objetivos son los palestinos, los árabes israelíes, los lugares de culto musulmanes y cristianos, e incluso los soldados israelíes.
La mayoría de sus acciones quedan impunes. Según la organización israelí Yesh Din, el 85,3% de las denuncias de los palestinos por ataques de colonos son archivadas.
“Esta es la consecuencia de una cultura de odio y de financiamiento incentivado por el gobierno israelí y la impunidad otorgada por la comunidad internacional”, denunció el negociador palestino Saeb Erekat.
Otra muerte. Por su parte, en la Franja de Gaza, un palestino de 27 años murió y otro resultó herido por disparos de parte del Ejército israelí después de que trataran de “acercarse a la barrera de seguridad” que separa a Gaza del Estado hebreo.