INTERNACIONAL
Entrevista

Dani Dayan: “Hoy vemos cooperación entre los antisemitas de extrema derecha y de extrema izquierda”

El argentino-israelí preside el Yad Vashem, el memorial del Holocausto. Viene a Buenos Aires, donde lo recibirá Alberto Fernández y también verá a Horacio Rodríguez Larreta, para un congreso sobre antisemitismo que, advierte, está resurgiendo en el mundo, ya sea en su formato “clásico” o disfrazado de antisionismo. Cree que la educación es fundamental para enfrentarlo, pero lleva tiempo, por lo que considera indispensable un marco legal punitivo para las expresiones antisemitas.

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Memoria. Dayan, en la sede en Jerusalén de Yad Vashem. Firmará acuerdos en Buenos Aires. | cedoc

*Desde Israel

Mañana y el lunes se lleva a cabo en Buenos Aires el Foro Latinoamericano de Combate al Antisemitismo, que se enmarca en los eventos recordatorios por el 28 aniversario del atentado terrorista contra la AMIA. Uno de los participantes será el presidente de Yad Vashem, Dani Dayan, quien al encabezar la institución líder en la recordación del Holocausto tiene claro que la lucha contra el antisemitismo no ha terminado. Por el contrario, debe intensificarse. Y no puede ser protagonizada solo por los judíos. Dayan, nacido en Argentina, fue cónsul de Israel en Nueva York y ahora siente que ocupa el cargo de mayor simbolismo e importancia para el pueblo judío.

—¿Con qué espíritu viajás a este foro en Buenos Aires?

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—Con una clara sensación de que el antisemitismo está surgiendo nuevamente en el mundo de una manera bastante drástica. Lo vemos en todos los continentes, en el americano, en el europeo, principalmente, pero también en otros lugares. Incluso a veces en lugares donde ya casi no hay judíos. Ese es el trasfondo del espíritu con el cual viajo. Yo represento por supuesto a Yad Vashem, que es la institución de conmemoración de la Shoá. La Shoá tiene en ese sentido un mensaje muy importante. No es que la situación en el mundo sea de ninguna manera similar a la de Alemania o Europa en los años 30 del siglo pasado. Hay una diferencia muy grande entre nuestra generación y la de aquella época, y la diferencia es que nosotros tenemos la experiencia que ellos no tenían, que es la Shoá. Nosotros sabemos que, si el antisemitismo no es frenado, confrontado con fuerza, con vigor, inmediatamente, cuando muestra sus primeros signos, se puede convertir en algo monstruoso. 

—Y el desafío es que lo comprendan también los no judíos, ¿verdad?

—Claro, por eso también es este mensaje que les digo a todos los líderes del mundo que llegan a Yad Vashem, también al presidente de Estados Unidos, Joe Biden: el deber de los líderes del mundo, no de los judíos sino de todos, es entender eso y confrontar el antisemitismo ahora, no en un futuro, cuando llegue a dimensiones que van a ser difíciles de confrontar. 

—Educar a la gente lleva tiempo. ¿Por eso la exhortación de Yad Vashem a que haya mayor firmeza desde un punto de vista legal, que haya medidas punitivas contra expresiones antisemitas?

—Sí, exactamente. Hay que educar, pero también tener buenos métodos jurídicos y de liderazgo. La educación lleva tiempo, pero un líder se mide en una situación así, según las medidas que toma, qué dice a su público y si se queda callado frente a signos de antisemitismo o si habla y actúa. Eso tiene muchísima importancia. Cuando digo antisemitismo, me refiero a las diferentes formas de antisemitismo, al neonazi, al que se disfraza de antisionismo, y también al que llama a la eliminación del único Estado judío. Cuando en Teherán ellos dicen que van a borrar a Tel Aviv de la faz de la Tierra, hay que entender que no se refieren a los edificios sino a los judíos. 

—Llega un nuevo aniversario del atentado a la AMIA. ¿Un atentado terrorista contra Israel, o contra blancos identificados con Israel o con los judíos en el exterior, es también una forma de antisemitismo?

—Sin dudas. Cuando un país ataca a una institución judía como forma de atacar a Israel, no hay ninguna duda de que es un acto antisemita. El atentado contra la AMIA fue el más grande que se llevó a cabo en Argentina, en el continente. Está claro que es antisemitismo. La verdad, todo está ligado, porque cuando hablamos de la negación de la Shoá, yo creo que hoy es un fenómeno relativamente marginal. No vas a encontrar líderes intelectuales o periodistas importantes en el mundo que te digan que la Shoá no ocurrió. La excepción, por supuesto, es Irán, y en Irán es el discurso oficial. Eso demuestra que no se trata de antisionismo, sino de un antisemitismo muy arraigado en ese país. 

—El antisionismo también es una forma de antisemitismo. 

—Por supuesto, pero en este caso es antisemitismo clásico, diría. En Irán se ve el conjunto de antisemitismo clásico con antisionismo. También hay que decir que en todo el mundo vemos cooperación entre los antisemitas “clásicos” de extrema derecha y los antisemitas de extrema izquierda, hay una sinergia entre los dos pese a las diferencias entre ellos. 

—El antisemitismo no es solamente un problema de los judíos, así como el racismo no es solo de los afrodescendientes. Esos odios corrompen las sociedades. 

—Sin ninguna duda. Tuve mucho placer cuando visitó Yad Vashem el presidente de la Comisión de Seguridad de Relaciones Exteriores del Parlamento de los Emiratos Árabes Unidos. Por supuesto, todo esto lo voy a reiterar no solo en el foro al que fui invitado sino también en otros encuentros que tengo en Argentina, de alto nivel. Voy a ser recibido por el presidente Alberto Fernández y por el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y también firmaré dos acuerdos muy importantes para nosotros: con el ministro de Educación, para fortalecer la educación de la Shoá en Argentina, y el ministro del Interior, por el tema del intercambio de archivos. En todas esas oportunidades voy a expresar también lo que hablamos.

—¿Cómo está América Latina ante el tema de la Shoá? 

—Tenemos relaciones con un número relativamente grande de países latinoamericanos y noto también con mucho agrado el hecho de que la Organización de Estados Americanos ha nombrado un delegado especial para combatir el antisemitismo, y esto también incluye el recuerdo de la Shoá. Hace unos días, lanzamos en línea un curso masivo en varios capítulos sobre la Shoá en español, con el apoyo de Unesco. Y en el evento de lanzamiento participaron ministros de Educación de todo el continente. Este es un paso muy importante para avanzar con la educación sobre la Shoá en los países hispanoparlantes, porque cada uno lo podrá hacer también en su casa, su oficina. Y ahora tenemos que dedicarle esfuerzos a promoverlo. 

—Cómo fue el encuentro con el papa Francisco?

—Fue una audiencia personal privada. Por supuesto conversamos en español porteño. Él destacó la importancia del estudio del Holocausto, la Shoá, y de combatir el antisemitismo, y me dijo que no me olvide nunca de que tenemos un amigo en el Vaticano. Y se refería a un aliado. Y otra cosa importante fue lo que me dijo sobre los archivos, me dijo que la Iglesia no temía la historia y que abrir los archivos es hacer justicia. Mi interpretación de lo que dijo es que hay que hacer justicia con las víctimas, y que será la historia la que pueda juzgar. Creo que la apertura de los archivos por parte de la Iglesia es un paso valiente del papa Francisco, porque no puso ninguna condición de qué publicar o no publicar. Creo que abrir los archivos, aunque él sabe que puede haber allí cosas incómodas para la Iglesia, es un símbolo de coraje y valentía.

 

Quién es Dani Yavan

☛ Nació en Buenos Aires y se trasladó a Israel con su familia cuando tenía 15 años, en 1971. 

☛ Estudió Economía, Ciencias de la Computación y Finanzas en las universidades Bar Ilán y de Tel Aviv, y tiene el grado de mayor del ejército israelí, donde sirvió siete años.