Desde Córdoba
El ex presidente colombiano Ernesto Samper, quien gobernó de 1994 a 1998, pasó por Córdoba en medio de días convulsionados para su país, que acapararon la atención internacional.
La firma del acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC, el triunfo del “No” en el plebiscito y el Nobel de la Paz al presidente Juan Manuel Santos fueron algunos de los temas que el actual secretario general de la Unasur analizó con PERFIL.
—¿Porqué triunfó el “No” en el plebiscito por la paz?
—Sin duda, hubo una gran confusión. La gente que votó por el “Sí” sabía que estaba apoyando la paz; en cambio, entre los que votaron por el “No”, algunos votaban contra el gobierno, otros contra las FARC, o estaban votando para revisar los acuerdos. La gente no votó en contra de la paz, y muchísimo menos a favor de la guerra. Fue un voto castigo. Ayer (por el viernes) en Colombia se conoció cómo habían manipulado a la gente diciéndole que le iban a quitar la plata, que las guerrillas se iban a quedar con su tierra. Definitivamente, hubo algo de guerra sucia en el medio. Por eso, creo que no fue un “No” definitivo. La interpretación que le dio el gobierno, que es la adecuada, es que hay que oír a quienes promovieron el “No” y ver cuáles son sus observaciones.
—De cara al futuro, ¿cree que pueden limarse esas diferencias entre las facciones?
—Creo que todo se va a lograr superar y aclarar. El apoyo que le dio la comunidad internacional al presidente Santos con el Nobel nos va a dejar en condiciones de sacar adelante este proceso. Este espaldarazo del mundo ayudará a avanzar con los acuerdos.
—¿Usted estuvo de acuerdo con el Premio Nobel a Santos?
—Hubiera preferido que se lo dieran a los dos, a la mesa. Creo que hay que premiar ante el mundo al esfuerzo que hagan dos partes del conflicto para solucionar sus diferencias en la vía armada. Eso hubiera sido un ejemplo. Sin embargo, el presidente se lo merecía y también lo merecían las FARC por el avance hacia una salida pacífica.
—¿Las FARC con las que usted convivió en su gestión como presidente eran distintas a las actuales?
—Estas FARC son más pacíficas. En mi gestión, las FARC estaban tratando de tomar territorios y la guerra se hizo más profunda, mucho más dura. Luego, en la época de Pastrana, ocuparon espacios en la zona que se despejó para que comenzaran su territorio independiente, y allí el conflicto se profundizó. Creo que, en estos diez años, habíamos llegado a un nivel de degradación humanitaria en la guerra que era insostenible.
—¿Cree que el acuerdo con las FARC traerá beneficios en materia económica para el país?
—Hay cálculos que estiman que la violencia con las FARC nos costaba el 2% del PBI. Pensamos que la paz no es gratis pero traerá beneficios en corto plazo principalmente en materia de turismo e inversión extranjera.