Al menos 30 personas murieron ayer en ataques rebeldes en Irak, 19 de ellas por el estallido de un coche bomba en Bagdad que también provocó 62 heridos.
Un vocero del Ministerio del Interior iraquí dijo que otras ocho personas murieron y 17 resultaron heridas por otro coche bomba en el este de Bagdad y que tres policías fallecieron en ataques con morteros contra las comisarías de dos barrios del este y sudeste de la capital.
El atentado se produjo en momentos en que numerosas personas se dirigían a la entrada de la dirección de circulación, encargada de registrar los documentos de los vehículos en caso de cambio de propietario, informa la agencia AFP.
En tanto, la policía iraquí descubrió hoy los cadáveres de 65 hombres que fueron torturados, muertos a tiros y abandonados en distintos puntos de Bagdad y sus alrededores.
Los cuerpos fueron hallados en calles de Bagdad, sobre todo en barrios donde son mayoría los musulmanes sunnitas, que integran el grueso de la insurgencia. Otros cinco cadáveres flotaban en el río Tigris al sur de la capital, agregó el vocero.