El papa Francisco aterrizará el próximo miércoles en Colombia para una visita que el Vaticano ha anunciado como un “viaje pastoral” y en la que el Pontífice evitará tanto como pueda involucrarse en rispideces políticas. Jorge Mario Bergoglio desarrollará una agenda light en la que no habrá lugar para líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), dirigentes de la oposición al gobierno de Juan Manuel Santos ni obispos venezolanos críticos del presidente Nicolás Maduro, pese a que todos ellos habían solicitado formalmente reunirse con Francisco.
Aunque el discurso papal aludirá en distintas ocasiones al proceso de paz colombiano y hará llamados a la reconciliación de los ciudadanos, no se trata de un viaje de contenido político sino de una gira cuyo objetivo principal es “anunciar el Evangelio”, según aclaró esta semana el vocero vaticano, Greg Burke. El funcionario explicó que cada jornada de la visita estará organizada en torno a un eje temático distinto y Francisco se reunirá con grupos que representen esos temas.
Se espera que unas 700 mil personas se acerquen a la ruta que recorrerá el Papa a su llegada a Bogotá. El plato fuerte de la gira tendrá lugar el jueves por la tarde, cuando el Pontífice encabezará el Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional en el parque Las Malocas, en el municipio de Villavicencio. Allí estarán presentes víctimas del conflicto armado entre las FARC y las Fuerzas Armadas, así como ex paramilitares y ex guerrilleros ya incorporados a la vida civil.
Sin embargo, el Vaticano no accedió a la solicitud para que Francisco se reuniera con miembros del Secretariado de las FARC, órgano de conducción de la guerrilla que se encuentra en pleno proceso de disolución. Sus integrantes pretendían ser recibidos en calidad de víctimas y no de victimarios. “Los victimarios son los agentes del Estado y las víctimas, todos los civiles que irán a las homilías del Papa”, sostuvo días atrás el líder guerrillero Pastor Alape, miembro del Secretariado y encargado de las gestiones en torno a la visita papal.
La decisión de Francisco de concentrarse en la dimensión social del posconflicto contrasta con un momento de gran ebullición política en Colombia. Las FARC acaban de constituirse como partido político y se preparan para dar el salto a la vida partidaria, mientras que la oposición a Santos, y en particular el sector liderado por el ex presidente Alvaro Uribe, le pasa factura al gobierno por los crímenes de la guerrilla que serán amnistiados según los términos del acuerdo de paz.
Descartada. El Vaticano también desechó una reunión entre Bergoglio y obispos venezolanos que esperaban verlo para denunciar al gobierno de Nicolás Maduro. El Episcopado de Venezuela está abiertamente enfrentado con la administración chavista y desea una declaración favorable del Papa. Sin embargo, no es usual que un Pontífice se refiera a terceros países durante una gira nacional. Tal vez el momento para que Francisco toque el tema sea la habitual rueda de prensa en el avión que lo regresará a Roma.