Rusia aseguró ayer que conquistó la estratégica ciudad ucraniana de Soledar tras una encarnizada batalla, pero Ucrania lo desmintió y afirmó que los “intensos combates” por el control de esa localidad del este del país continúan.
“La tarde del 12 de enero concluyó la liberación de la ciudad de Soledar, que es importante para el proseguimiento exitoso de las operaciones ofensivas” en la región de Donetsk, afirmó el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado. El ejército ucraniano negó inmediatamente la caída de esa localidad, de 10 mil habitantes antes de la guerra y prácticamente arrasada por los bombardeos. Según las autoridades de Kiev, hoy viven allí 559 civiles, entre ellos varios niños, que no pueden ser evacuados por los combates.
“Sigue habiendo intensos combates en Soledar”, dijo a la TV el portavoz del mando oriental del ejército de Ucrania, Serguéi Cherevaty. “Las Fuerzas Armadas ucranianas mantienen la situación bajo control en condiciones difíciles”, añadió.
Cherevaty acusó a Moscú de “difundir ‘ruido informativo’”, para provocar la “desconfianza de los ucranianos hacia su ejército”, e instó a no interpretar “pequeñas retiradas o maniobras” como “una gran derrota”. Ayer, un equipo de la CNN que se encontraba en las afueras de Soledar afirmó haber visto una retirada ordenada de las tropas de Ucrania, “sin señales de pánico”.
Los combates en la zona se iniciaron hace varios meses y se concentraron en los últimos días en Soledar. El ejército ucraniano combate allí contra los mercenarios del grupo paramilitar ruso Wagner.
El ejército ruso ensalzó ayer las “acciones valientes y desinteresadas” de los combatientes de ese grupo, cuyos miembros llevaron a cabo un “asalto directo contra los barrios residenciales de Soledar”. Se trata de una declaración inusual, pues el ejército ruso y los paramilitares de Wagner han dado muestras de rivalidad en el terreno durante la ofensiva de Ucrania.
“Fase difícil”. Pocas horas antes, la viceministra ucraniana de Defensa, Ganna Malyar, había admitido que “el enemigo mantiene una ofensiva de alta intensidad” en Soledad, cuya captura significaría una importante victoria simbólica militar para Moscú, después de los varios reveses sufridos por sus tropas desde septiembre.
Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), una organización con sede en Estados Unidos que sigue los combates en tiempo real, la caída de Soledar “no presagiaría un inminente cerco de Bakhmut”, la principal urbe de la zona, 15 kilómetros al suroeste. Y “tampoco permitiría a las fuerzas rusas controlar importantes líneas terrestres ucranianas de comunicación” con esa ciudad.
El miércoles, el jefe del grupo Wagner, Yevgueny Prigozhin, aseguró que sus hombres controlaban la localidad, pero tanto el Kremlin como las autoridades ucranianas lo desmintieron rápidamente.
En su boletín diario, el ISW dijo que creía que “las fuerzas rusas probablemente capturaron Soledar el 11 de enero”, es decir, el miércoles. En apoyo de su afirmación, muestra “fotos geolocalizadas publicadas los días 11 y 12 de enero” que “indican que las fuerzas rusas probablemente controlan la mayor parte de Soledar, si no toda, y probablemente han expulsado a las fuerzas ucranianas de la periferia occidental de la ciudad”.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, prometió el jueves entregar todo el material militar necesario para defender a Soledar y Bakhmut.
En Siversk, 25 kilómetros al norte de Soledar, hubo ayer fuego de artillería. En las calles cubiertas por una fina capa de nieve, sólo unos pocos habitantes y soldados caminaban bajo un viento helado.
“Tenemos miedo, pero ¿adónde podemos ir?”, se preguntaba Oleksandre Sirenko, de 55 años, mientras recogía trozos de madera de los marcos de las ventanas reventadas para usarlos como leña.
“Sólo esperamos que el ejército ucraniano no retroceda”, declaró.
En la región de Járkov, en el noreste de Ucrania, un bombardeo ruso mató a dos mujeres, de 59 y 64 años, según informó el gobernador regional.
Armas. Ucrania volvió a pedir más armas y equipo militar a sus aliados occidentales para enfrentar la ofensiva rusa, que se inició el 24 de febrero. “Para ganar esta guerra, necesitamos más equipamiento militar, equipamiento pesado”, urgió Andrii Yermak, de la presidencia ucraniana.
Por su parte, el ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, estimó que su país se convirtió en miembro “de facto” de la OTAN, la alianza transatlántica occidental. “Es un hecho.Tenemos el armamento y el conocimiento de cómo usarlo”, dijo Reznikov a la BBC.
Rusia volvió a reemplazar esta semana al comandante de la ofensiva en Ucrania. Nombró para ocupar el cargo al general Valeri Guerasimov, jefe de Estado Mayor conjunto, que es un interlocutor directo del presidente ruso, Vladimir Putin. Guerasimov sustituyó a Serguéi Surovikin, quien había accedido a ese puesto hacía apenas tres meses.