Cuando transportaban 994 kilos de cocaína en su avión con destino a España, los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá y Matías Miret jamás imaginaron que iba a recalar en “La Modelo” de Barcelona, uno de los edificios con más historia en la ciudad catalana, que no es otra cosa que una de las cárceles más brutales de la historia del país ibérico. Allí, entre rejas, desde el 1 de enero, los hijos del ex jefe de la Fuerza Aérea José Juliá, esperan que la Justicia defina su compleja situación.
Diseñada por los arquitectos Josep Domènec i Estapà y Salvador Vinyals bajo el modelo panóptico e inaugurada en 1904, "La Modelo" de Barcelona alberga hoy en día 1.800 presos, casi el doble de la capacidad para la que fue pensada, que era de 850. Las paredes del edificio, una suerte de pulpo con una rotonda central y seis brazos de celdas, hablan y guardan historias increíbles que van desde el encarcelamiento de anarquistas hasta el fusilamiento masivo durante el franquismo.
"La Modelo" es conocida por la brutalidad que albergan sus muros. En 1908, a cuatro años de su inauguración, se produjo la primera ejecución pública. Joan Rull, un anarquista de 28 años, se convirtió en el muerto Nº1 de la cárcel. Ya en la década del 20, cuando la prisión estaba repleta de presos políticos que se oponían al gobierno de Miguel Primo de Rivera, las ejecuciones eran públicas e iban los periodistas a cubrirlas.
Según relata el libro La Modelo de Barcelona. Històries de la presión, de la periodista Rosario Fontova, en esos años los anarquistas apodaron a la cárcel “la universidad de los pobres”, porque desde el encierro dictaban conferencias y clases de la que los presos salían más libertarios y conscientes de la opresión de lo que habían entrado.
Lo mismo ocurrió durante el franquismo. Los militantes antifranquistas presos en La Modelo la veían como una “isla ideológica” en la que debatían ideas, intercambiaban escritos y opiniones con mayor libertad que afuera de la presión y con menos miedo.
Más allá de la “libertad relativa” que experimentaban los presos, durante la dictadura de Franco se vivió una situación particular en La Modelo. La cárcel fue vaciada un día antes de la ocupación franquista de Barcelona. Sin presos en sus celdas, estaba desolada, pero en cuestión de horas empezaron a llegar detenidos políticos.
Así lo relató el capellán Martín Torrent que ocupó un puesto en la prisión: “Comenzaron a llegar los primeros detenidos. Pero los ingresos fueron aumentando en progresión geométrica y de tal manera que a los pocos días la prisión estaba a tope; ya no había lugar donde colocar a los presos”.
Durante el régimen de Franco, en 1940 la cárcel llego a tener 13.000 cautivos. En las celdas los presos dormían apilados de a 15, algunos hasta parados. Sin embargo, lo más brutal de la época fueron las ejecuciones. Tan sólo el primer año de dictadura hubo casi mil fusilamientos.
De acuerdo a las estadísticas del libro colectivo La cárcel modelo de Barcelona (1904-2004), en una década se condenó a pena de muerte a 1600 personas. La escalofriante cifra no cuenta a los que, acosados por las pésimas condiciones higiénico-sanitarias del establecimiento, murieron por enfermedades o decidieron quitarse la vida.
La historia de La Modelo, donde hoy están los hermanos Juliá y Miret, también trata de numerosos motines, el primero en 1906. Los hubo de anarquistas entre 1920 y 1930, en los que se destruyeron la documentación del presidio, pero el más violento fue en 1977, cuando la Coordinadora de Presos Comunes organizó una revuelta en la que se destrozaron la mitad de las celdas del complejo carcelario.
Tras un siglo de haber estado ubicada en una zona residencial, La Modelo de Barcelona se cerrará definitivamente en 2013 y los presos serán trasladados a un nuevo complejo carcelario que se levantará en una zona industrial de la ciudad valuado en 115 millones de euros. Quizás hasta allí se trasladen los argentinos presos por haber intentado ingresar 994 kilogramos de cocaína a España.