AFP/AP desde Nueva York
Una fenomenal tormenta de nieve azota desde ayer al noreste de los Estados Unidos. Un tercio del país amaneció cubierto de blanco tras el paso de Hércules, el primer gran fenómeno meteorológico del año, que afectó a más de cien millones de personas en 22 estados y provocó la cancelación de más de cinco mil vuelos y el cierre de oficinas gubernamentales. Las autoridades estatales contabilizaban anoche al menos once muertos.
Los gobernantes de Nueva York, Michigan, Kentucky, Indiana, Illinois y Pennsylvania dieron un primer balance trágico y afirmaron que temen que lo peor esté por venir. Por eso advirtieron a la población que se mantenga en sus casas para evitar los accidentes en las calles y autopistas.
Para el noreste estadounidense, 2014 llegó gélido y con enormes ráfagas de viento y nieve. Se decretó el estado de alerta en varios estados y hasta el cierre temporal de la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Pese a las temperaturas de 13 grados bajo cero en esa ciudad y los vientos de hasta 80 kilómetros por hora, los expertos afirmaban ayer que Hércules aún no había alcanzado su máximo potencial.
Se esperaba que, a causa de la acción del viento huracanado, las temperaturas cayeran a 23 grados bajo cero por la noche en Nueva York y Boston. De hecho, el alcalde de esa ciudad, Thomas Menino, ordenó el cierre de las escuelas públicas y movilizó a la Guardia Nacional. Las clases fueron suspendidas en toda la región hasta que pase el ciclo de mal tiempo. Lo mismo hizo la alcaldía de Nueva York, donde acaba de asumir el demócrata Bill De Blasio.
La imagen del día fue sin dudas la del nuevo alcalde limpiando la nieve frente a su casa en Brooklyn. La oficina de prensa de De Blasio se aseguró de que todos los neoyorquinos se enteraran de su singular actitud, jamás vista en sus antecesores. La capital nacional Washington DC también se vio imprevistamente “cerrada” por la nieve. No abrieron escuelas, oficinas públicas, aeropuertos y grandes tiendas.
En Nueva York, en cambio, los negocios siguieron funcionando normalmente y las calles estuvieron transitables.
En Boston, capital de Massachusetts, la nieve superó los 60 centímetros de altura y provocó la parálisis casi total de la ciudad. El gobernador estatal Andrew Cuomo declaró la emergencia para Nueva York, e instó a los ciudadanos a evitar viajar y a permanecer en sus casas hasta que lo peor de la tormenta haya pasado. También el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, decretó la emergencia en su territorio.
Peor aún era la situación en los estados más al norte, de Michigan a Illinois y de Indiana a Wisconsin, donde se registraron numerosos cortes de energía para la población y donde hubo que cerrar las principales calles y autopistas.
Sin embargo, no todos recibieron el mal clima con disgusto. La Fundación Jackson Ski Touring, en el norte de New Hampshire, informó que el número de esquiadores durante los primeros días de la semana de vacaciones de Navidad se incrementó hasta un 26% en comparación con el año pasado.
“Parece que estamos en un momento dulce con la nieve”, dijo el director ejecutivo de la fundación, Thom Perkins, despreocupado por el saldo de víctimas fatales.