Las autoridades aeronáuticas brasileñas rechazaron este viernes distintas versiones tendientes a desacreditar el control aéreo en Brasil. Los funcionarios ratificaron que los equipamientos de las terminales de la región no presentan fallas.
El cruce de versiones se abrió debido a las acusaciones de la la fuerza aérea de permitir graves errores con relación a la trágica colisión del Boeing 737 de la empresa Gol con un jet privado. Por contrapartida, se intenta vincular a los pilotos del jet que embistió al Gol de haber errado la ruta convenida con el control aéreo.
Por su parte, el presidente de la estatal Infraero –administradora de los aeropuertos–, José Carlos Pereira, rechazó las afirmaciones de uno de los ocupantes del Legacy que indicó que la colisión que llevó al 737 a estrellarse en un área de la selva amazónica matando a sus 154 ocupantes se debió a que el control de tráfico aéreo en Brasil es pésimo y tuvo una falla.
A casi siete días del siniestro, Pereira rebatió esa versión publicada por The New York Times por el periodista estadounidense Joe Sharkey, que viajaba en el Legacy: “Es absolutamente injusto y absolutamente impropio y desmedido, una afirmación insana que hizo el periodista”, dijo el funcionario.
Distintas versiones de la prensa brasileña citan fuentes oficiales indicando que se estima que el transmisor que comunicaba al jet con el control de tierra se habría apagado, no funcionaba o en ese momento los pilotos estaban fuera de la cabina.
El director del Control de Tráfico Aeronáutico, Paulo Ribeiro Vilarinho, aseguró que se realizaron pruebas en la región y no se detectaron fallas en los radares. Por ese motivo, la semana que viene están citados a declarar ante la Policía y una comisión investigadora, los controladotes aéreos que trabajaban en el momento de la tragedia.
Los dos aviones colisionaron en el aire y la aeronave de Gol se estrelló en plena selva de Mato Grosso, dejando un saldo de 154 pasajeros muertos. Los aviones se encontraban a 37 mil pies de altura al momento del choque. Aparentemente, esa era la altitud a la que debía viajar el Boeing, que se dirigía de Manaos a Brasilia, mientras que el Legacy –que venía en sentido contrario–, debería haber estado a 36 mil pies.
Mientras tanto, unas veintena de los cuerpos de las víctimas ya fueron identificados. Los equipos de rescate, por lo tanto, continúan con su dificultoso trabajo, que estiman podría prolongarse por más de una semana debido a que la zona tiene una densa vegetación y es de muy difícil acceso.