El enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad de Ecuador y el presidente Rafael Correa -disputa que escaló de reclamo gremial a intento de golpe de Estado- es sólo la última de las crisis políticas internas que sufrió Latinoamérica en la última década. La región, si bien mucho más estable y unida que en otras épocas, ha sabido atravesar diversos conflictos que pusieron en jaque a las presidencias de sus países.
Mientras Argentina todavía se arrastraba por la crisis iniciada en 2001, el presidente venezolano Hugo Chávez sufrió un golpe de Estado. Con los empresarios, las fuerzas armadas, y algunos medios de comunicación en contra del líder bolivariano, hubo manifestaciones frente al Palacio de Miraflores (casa de gobierno venezolana) que provocaron 12 muertos.
El 12 de abril de 2002, Chávez, presionado, renunció a la presidencia y asumió Pedro Carmona, presidente de la cámara empresarial local, quien disolvió el Parlamento y el Poder Judicial. Dos días después y con apoyo de sus partidarios, Chávez logró retomar el poder y el cargo para el que fue electo.
En junio de 2006, a pocos meses de haber asumido el cargo, la presidenta chilena Michelle Bachelet fue desafiada por casi un millón de estudiantes que tomaron los colegios secundarios en reclamo de una reforma a la estructura educativa heredada de la dictadura pinochetista. Las masivas movilizaciones obligaron al gobierno de la Concertación, en principio intransigente, a acceder a los reclamos.
El 11 de marzo de 2008, el ministro de Economía argentino Martín Lousteau firmó la célebre resolución 125 de retenciones móviles a las exportaciones agropecuarias. Parecía una medida administrativa inofensiva que no podía afectar al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, electa meses atrás con el 45% de los votos. Paros, tractorazos, "piquetes de la abundancia", cacerolazos y marchas oficialistas se sucedieron por meses hasta el voto no-positivo de Cobos. Fue el inicio del declive kirchnerista, que culminó con la derrota en las elecciones legislativas de 2009.
Casi en simultáneo, el mandatario boliviano Evo Morales sufrió el intento separatista de varios departamentos del país, que rechazaban sus reformas indigenistas. Hubo actos de violencia que llevaron a declarar el estado de sitio y hasta rumores de un plan para asesinar al presidente. Finalmente se convocó a un referéndum en el que triunfó el gobierno y Evo salió victorioso: a fines de 2009 fue reelecto .
Mientras Argentina celebraba las elecciones de mediados de 2009, el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, fue derrocado por los militares de su país. En su lugar, asumió su partidario, el legislador Roberto Micheletti, quien calificó al golpe como un "proceso absolutamente legal". Los partidarios de Zelaya reclamaron su retorno y fueron reprimidos. El mandatario se refugió en Brasil y terminó pidiendo la impugnación de las elecciones de diciembre, en las que fue derrotado.
Anoche, tras horas de tensión en las calles y de permanecer encerrado en un hospital, el ecuatoriano Rafael Correa fue rescatado y retomó el control del país.