Un día como hoy a las 22.56 (hora argentina), pero de 1969, 500 millones de personas se juntaban para mirar por televisión lo que la literatura de ciencia ficción ya había imaginado hacía mucho tiempo: la llegada del hombre a la luna. En el marco del denominado Programa Apolo, iniciado en 1960, los Estados Unidos se proponían superar en la carrera espacial a la Unión Soviética, quien ya había revolucionado a la técnica cuando en julio de 1957 lanzó con éxito el Sputnik 1, primer satélite artificial de la historia.
Apoyado por el gobierno de John F. Kennedy -quien en 1961 anunció que los Estados Unidos enviaría el primer hombre a la luna antes de finalizar la década-, el Programa Apolo culminó su mayor éxito cuando el 20 de julio 1969 Neil Armstrong y Edwin Buzz Aldrin, en ese orden, caminaron por “El mar de la tranquilidad” luego de alunizar con el Apolo 11. Michael Collins, el otro integrante de la tripulación, se quedó a cargo del módulo de mando.
Muchos aseguran que la importancia que la administración Kennedy le dio al Programa Apolo, se debió al fracaso, en abril de 1961, de la invasión a Bahía de Cochinos para derrocar a Fidel Castro. Aparentemente, a modo de desviar la atención del pueblo norteamericano, el gobierno demócrata puso énfasis en el impulsó de la carrera espacial, lo cual, por otra parte, significó uno de los logros más faraónicos de la historia de la NASA: seis misiones lograron posarse sobre la superficie lunar.
“Atravesamos la sombra de la luna mientras nos acercábamos a su órbita. Y es extraordinario cuando ves al sol eclipsado por la luna contra el cielo oscuro, y el brillo del sol alrededor de la luna”, relató Buzz Aldrin, quien concedió una entrevista al programa Talk Asia . El astronauta de 79 años puede ser recordado por muchos jóvenes, por su “aparición” en la serie animada Los Simpsons, donde irónicamente se lo muestra como un desconocido debido a que fue el segundo (y no el primero) en pisar superficie lunar.
En la entrevista, Buzz Aldrin asegura que la luna “era el lugar más magnífico para que la humanidad mostrara su progreso, pero es un sitio desolado”. El éxito del Apolo 11 provocó la atención del mundo entero, quien veía como los delirios creativos de la ciencia ficción se convertían en realidad. Sin embargo, posteriormente, tal como lo muestra la película Apolo 13 (1995), dirigida por Ron Howard y protagonizada por Tom Hanks, los viajes espaciales perdieron el interés del público masivo, excepto si ocurre algo por fuera de los cálculos.
La transmisión. Aunque la llegada del primer hombre a la luna iba a ser transmitida a partir de la señal que llegase a la estación de seguimiento de Goldstone (California), la cual pertenecía a la emisora Deep Space Network (Red de Espacio Profundo), la pobre recepción provocó que Honeysuckle Creek, en Canberra (Australia), tomara un repentino protagonismo y difundiera las imágenes de los primeros minutos de la caminata lunar. Luego, las instalaciones del Observatorio Parkes (también en el país de Oceanía) se encargaron de emitir el resto del acontecimiento que hoy cumple 40 años.