Es de manual: cuando estalla una guerra, muchas otras quedan relegadas en la agenda de los medios internacionales. Pero los conflictos “sin luces” siguen allí, álgidos o larvados, y tan o más letales que los que sí captan la atención de la opinión pública mundial. Para ponerlo en cifras: el promedio diario de víctimas mortales en las siete peores guerras durante 2013 quintuplica el de fallecidos por día como consecuencia de la actual ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza.
El Programa de Datos sobre Conflictos de la Universidad de Upsala, en Suecia (UCDP) –reconocido por las Naciones Unidas–, indicó en su último informe en junio que en la actualidad existen 33 conflictos armados activos en el mundo, a los que se debe sumar la reciente escalada de violencia en la frontera entre Rusia y Ucrania. La cantidad de enfrentamientos bélicos se mantuvo estable en la última década, siempre fluctuando entre 31 y 37.
A primera vista, la situación parece haber mejorado respecto del período inmediatamente posterior a la Guerra Fría, cuando había más de cincuenta conflictos activos, casi 40% más que ahora. Sin embargo, la letalidad de las guerras escaló a niveles alarmantes en los últimos diez años. “Desde 2005, se ha registrado un aumento lento pero constante de muertes en batalla, y los peores conflictos siguen impulsando esta tendencia”, advirtió el UCDP.
“La comunidad internacional no es capaz de reducir la prevalencia de estos conflictos armados, y eso en parte se debe a los desacuerdos entre Occidente y Rusia sobre algunas situaciones bélicas cruciales”, subrayó el director del observatorio sueco, Peter Wallensteen. En 2013, de los 33 enfrentamientos en curso, al menos siete –a los que se llama estrictamente “guerras”– dejaron más de mil muertos entre civiles y fuerzas estatales.
A la cabeza de la lista se encuentra la guerra civil en Siria, que sólo el año pasado provocó más de 75 mil víctimas mortales, según cifras avaladas por la ONU. Se trata del conflicto interestatal más sangriento desde la Guerra de Etiopía, en 1999. Las bajas sirias explican alrededor del 60% de los muertos por hechos bélicos en el mundo en el último año.
Sudán del Sur es tal vez el mejor ejemplo de un conflicto mortífero sin reflectores mediáticos. Según cifras de organizaciones humanitarias avaladas por las Naciones Unidas, más de 10 mil personas murieron sólo en diciembre de 2013, cuando un intento de golpe de Estado detonó una cruenta guerra civil que involucró a distintas facciones de las Fuerzas Armadas.
En México, la estrategia del presidente Enrique Peña Nieto contra los carteles aún no logró revertir la tendencia mortal de la guerra contra el narco, que produjo cerca de 10.100 muertos el año pasado. Del otro lado del océano, la batalla entre la insurgencia islamista del grupo Al-Shabab y las tropas regulares de Somalia causó alrededor de 3.100 muertes.
Los choques directos entre tropas de los Estados Unidos más aliados y grupos yihadistas de distintas vertientes, sumados a frecuentes atentados contra la población civil, arrojaron en 2013 un saldo aproximado de 8.900, 5.900 y 5.400 muertos en Irak, Afganistán y Pakistán respectivamente.
Las siete guerras suman un total de más de 118 mil víctimas mortales en un año. El promedio diario es cinco veces mayor que el de Gaza en los últimos 26 días bajo asedio israelí, lapso en el que murieron más de 1.600 palestinos. Y supera por mucho el de fallecidos en el conflicto en Ucrania. En la agenda mediática, sin embargo, no hay lugar para todos.