Dos niños rusos de cinco años cavaron un pozo y se escaparon del Jardín de Infantes al que concurren en Rusia. Una vez fuera de la institución, llegaron hasta una concesionaria donde dijeron que querían comprar un auto deportivo.
Los menores excavaron con palas de juguete en el arenero, y una vez que lograron abrir un agujero grande como para pasar a través de él, se arrastraron por debajo de la reja y escaparon.
Una vez afuera, se acercaron a un concesionario de ventas de autos lujosos para comprar nada más y nada menos que un Jaguar.
Una empleada del concesionario, al verlos solos les preguntó si estaban perdidos, pero ellos le respondieron que estaban ahí para comprar un auto. La mujer fue quien los llevó hasta la estación de policía, y puso fin a la travesía que duró alrededor de dos horas.
Si bien los padres de los menores no presentaron ninguna denuncia contra la institución educativa, la maestra fue despedida y las autoridades de educación preescolar sancionaron al jardín por la “grave violación en las reglas”.